977 palabras
MIAMI, Florida, 18 de abril.- El futuro hiperconectado tiene sus protagonistas: la conectividad móvil, el cómputo en la nube y la analítica de datos (big data). Estas tecnologías configuran la emergencia de un mundo más “inteligente”, donde la llave de acceso a serán los dispositivos móviles smartphone y tabletas.
Esta perspectiva comparten los expertos reunidos en la conferencia To Be Mobile, organizada por Blackberry, donde especialistas en tecnologías de la Información discuten las tendencias y el futuro de las comunicaciones móviles.
Alan Moore, experto en innovación y economías creativas, asegura que, en promedio, una persona con estos teléfonos celulares lo revisa entre 150 y 200 veces al día.
"Existe una gran oportunidad para transformar nuestro mundo y ser más importantes como individuos, ser crear un ambiente económico más sustentable”, dijo.
El impacto de los dispositivos móviles en la vida de sus usuarios ya es una realidad. Movimientos sociales como la Primavera Árabe o las movilizaciones en España son claros ejemplos.
El futuro hiperconectado tiene sus protagonistas: la conectividad móvil, el cómputo en la nube y la analítica de datos (big data). (REUTERS)
Los móviles inteligentes y las tabletas también serán los dispositivos con mayor crecimiento a nivel mundial. De acuerdo con la firma de análisis IDC, las ventas de smartphones y tabletas duplicarán su volumen en el 2016 comparado con 2012, mientras que las computadoras personales se mantendrán un crecimiento plano. En total, proyecta la existencia de 2,000 dispositivos con capacidad de conectarse a Internet.
A medida que avanza la adopción de estas tecnologías, la “inteligencia” será más evidente en la masificación de aplicaciones para mejorar la calidad de vida, desde una que avise a los usuarios en tiempo real cuándo va a pasar el siguiente autobús del transporte público, hasta sensores conectados a un smartphone que mida inmediatamente los niveles de contaminación de un río –que ya desarrolla el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
El mundo “inteligente” dependerá más de la apropiación de las tecnologías.
“La tecnología abre puertas pero la sociedad es el verdadero agente de esos cambios. El cambio en una sociedad depende del tiempo en que una tecnología dominante s capaz de producir una transformación”, aseguró Andrew Lippman, director asociado e investigador del MediaLab del MIT.
Detrás de esta promesa del mundo conectado e inteligente está la Internet de las cosas. Objetos como televisores, electrodomésticos, edificios, automóviles conectados a la red que pueden ser manipulados remotamente mediante un smartphone; espacios abiertos con sensores para monitorear lo que ahí sucede en tiempo real; o dispositivos capaz de medir sentimientos a través de señales biométricas son algunos ejemplos.
De estas tecnologías se genera información que, al ser interpretada, analizada y cotejada con datos ya existentes, se podrán predecir comportamientos, fenómenos e incluso controlar situaciones de crisis como desastres naturales o la degradación ambiental.
Expertos han advertido que los datos serán la nueva moneda de cambio en la economía digital; aunque William Stofega, director de Dispositivos Móviles e investigación de Tendencias de IDC va más allá:
"No se trata sólo de vender anuncios por impresiones (medición en marketing digital). Se trata de cómo resolvemos los problemas y hacemos nuestro día a día más fácil”, dijo.
Cisco Systems proyecta que en el 2020 existirán 50,000 millones de “cosas” conectadas a Internet capaces de transmitir y recibir información. Esto es, casi siete veces el número de habitantes en el planeta.
Con este crecimiento, el volumen de información también aumentará exponencialmente. Un estudio de IDC y EMC publicado en enero proyectó que en el 2020 el volumen de información digital a nivel mundial llegará a los 40 Zettabytes (ZB), desde los 2.8 ZB del 2012.
Esto implicará una inminente saturación de las redes de transmisión de datos, prevé Stofega, de IDC.
La evolución en las capacidades y requerimientos de energía de los dispositivos son otro factor a considerar.
“Es un problema donde muchos investigadores y científicos han trabajado pero todavía no se ha mejorado la vida de las baterías”, explicó el analista de IDC.
Andrew Lippman, del MIT, agregó: “Los fabricantes no han podido fabricar mejores baterías y no sabemos si en el corto plazo los procesadores de cómputo consumirán menos energía”.
La seguridad de la información para prevenir ataques y daños en el sistema es otro obstáculo potencial en la generación del mundo interconectado, coincidieron los expertos.
Lo cierto es que el futuro interconectado y con la disponibilidad de datos para tomar decisiones que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos parece más realidad que ciencia ficción.
Andrew Lippman, quien es especialista en estudios de redes sociales y comunicación viral ve un futuro donde el 90% de la población del planeta viva en ciudades inteligentes donde la interacción del individuo con la sociedad se base en tecnología, educación y tecnología.
Y, agrega, será este escenario que permita a las máquinas “sentir” lo que sienten las personas; y a las personas, entender lo que sucede en su entorno. (El Economista)