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Este sábado 31 por la noche, en la plaza principal de Pisté, cientos de artesanos y comerciantes de la Nueva Kukulcán realizarán un evento paralelo al concierto que la soprano inglesa Sarah Brightman ofrecerá en Chichén Itzá. El evento paralelo lleva el nombre de Acto cultural de desagravio y es para pedirles a las deidades mayas que "alguna autoridad sensible y consciente" atienda sus peticiones.
—Esperamos que las autoridades no quieran impedir el evento y provoquen un enfrentamiento. Pero si lo hacen, nos mantendremos respetuosos con base en el derecho a la reunión y libre manifestación de las ideas —dijo en rueda de prensa Silvia Cimé Mex, una de las representantes de la agrupación.
Los artesanos -según su asesor jurídico, Lic. Villevaldo Pech Moo- buscan que las 796 hectáreas propiedad de Hans Hurgen Thies Barbachano y donde se encuentra Chichén Itzá, se expropien en favor de la nación.
—También demandamos que 15% de lo que genera la zona arqueológica se distribuya entre las 25 comunidades que la rodean, y que ningún yucateco pague por visitar cualquier sitio arqueológico abierto en el estado, entre otras cosas -agregó.
—Por ningún motivo nos saldremos este fin de semana de la zona arqueológica que es nuestro centro de trabajo, a menos que nuestro gremio así lo decida y esperemos que las autoridades no recurran al desalojo de los artesanos —señaló Silvia Cimé.
Aclaró que no han tenido ningún diálogo con Jorge Esma Bazán, director de Cultur y temen que mañana, al llegar al sitio arqueológico, ya esté la fuerza pública y les impida el paso.
—Hemos dicho hasta el cansancio que el Concierto de la Pirámide no sólo no nos favorece, sino que nos perjudica porque no se percibe el desarrollo social, económico y cultural del que hablan -agregó.
Indicó que en el evento del sábado por la noche harán una ceremonia maya con la ayuda del grupo Kuch cab yetel men mayao A.C. para que sus hijos conozcan sus tradiciones.
Dijo que, por cierto también planean utilizar el caracol como instrumento prehispánico, pese a que el INAH les ha prohibido hacerlo en sus ceremonias con el argumento de que dañan los edificios.
—Yo me pregunto -continuó Silvia Cimé- si en el concierto de Sarah Brightman no habrá daños por los miles de decibeles y las tonelas de equipos de sonido.
—Llama la atención que en los últimos días el INAH no ha permitido que se tomen fotografías al interior de la zona arqueológica y todo parece indicar que esa decisión obedece a que trata de ocultar la presencia de enormes camiones pesados cargados con todo el material para montar el escenario del concierto y que pudieran estar causando daños irreversibles en la estructura de los edificios —agregó Silvia Cimé.
—Hay testigos de que están entrando tractores muy pesados a la zona arqueológica y se trabaja para instalar una planta eléctrica alterna... Está prohibido que alguien se suba a los edificios y, sin embargo, los empleados de Televisa se suben y hacen lo que quieren por todos lados -aseveró.