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México (24 de enero).- El mexicano Christopher Ochoa estuvo 12 años en una prisión de Texas, Estados Unidos, acusado de cometer un homicidio, delito del que se declaró culpable para evitar la pena de muerte, narró en una entrevista concedida al diario angelino La Opinión.
“Me amenazaron con que me iban a dar la pena de muerte, me mostraron fotos de la camilla, y un policía me agarró el brazo y me tocó la vena, diciéndome que ahí me iban a inyectar”, expuso el mexicano al periódico local.
“De menso, le creí a la Policía cuando me dijeron que solo tenía que confesar y que si no lo hacía me iban a mandar a la cárcel para ser ‘carne fresca’ para los otros presos”, recordó el hombre de 45 años de edad, quien en la actualidad vive en Madison, Wisconsin, y realiza una carrera profesional como abogado.
Christopher Ochoa fue acusado, junto con su amigo Richard Danzinger, de la violación y el asesinato de Nancy DePriest, en un restaurante Pizza Hut en Austin, Texas, donde estado “por curiosos”.
El mexicano fue condenado a cadena perpetua en 1989, luego de firmar una declaración falsa, pero 12 años más tarde, una prueba de ADN y la confesión del verdadero asesino, Achim Josef Marino, le dieron su libertad.
“Cuando salí de la cárcel, sentí que me quitaron algunos ladrillos de encima, pero vivo con desconfianza. Me diagnosticaron trastorno de estrés postraumático, tengo pesadillas muy feas y despierto sudando, me levanto de madrugada… la terapia me ha ayudado, mi trabajo me ayuda mucho”, expresó.
Durante su proceso judicial, Ochoa fue auxiliado por el grupo Innocence Project, que defiende a personas injustamente procesadas, y además de lograr su excarcelación, el mexicano obtuvo una compensación millonaria por parte de la ciudad de Austin.- (Agencias)