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Washington (24 de enero).- En un comentario sobre los medios sociales digitales el papa Francisco ha dicho que éstos son “algo bueno, un don de Dios”, que podrían ayudar a la gente a encontrarse, pero que las comunicaciones digitales a menudo les impedían conocerse realmente.
Sin embargo ha hecho hincapié en que éstos van a una gran velocidad y es a menudo superficial, necesita una inyección de calma, reflexión y ternura si va a ser “una red no de cables, sino de personas”.
“La velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo”, dijo en su mensaje de 1.200 palabras. “El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos”.
El mensaje por el Día Mundial de la Comunicación Social de la Iglesia católica, dijo también que aunque los católicos deberían apreciar y defender sus ideas y tradiciones, nunca deberían ser tan orgullosos como para creer que sólo ellos son válidos o absolutos.
Desafió a la gente a que sea más cordial en un entorno digital no sólo tolerando a los otros, sino también escuchando e intentando entender sus puntos de vista.
“La variedad de las opiniones expresadas puede ser percibida como una riqueza, pero también es posible encerrarse en una esfera hecha de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos”, dijo.
El pontífice argentino, de 77 años, denunció la a menudo “agresión violenta” de medios y comunicaciones que tenía como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas.
“Necesitamos ternura. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno a la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura”, afirmó.
“La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas”. Agregó que los católicos deberían dialogar con otros creyentes, pero no de una forma condescendiente. “Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas”, dijo.
“Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas”.
Preguntado acerca de esa parte del mensaje, el arzobispo Claudio Maria Celli, jefe del Consejo del Vaticano para las Comunicaciones Sociales, dijo que “no era un texto dogmático, sino algo destinado a hacernos reflexionar”.- (Agencias)