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Mérida, Yucatán, 19 de febrero de 2014.- Un total de 136 mil pesos, provenientes del Programa de Desarrollo Cultural Municipal de Yucatán (PDCM), se ha destinado a la restauración de seis imágenes religiosas de madera policromada, pertenecientes al patrimonio artístico de Cuzamá, Timucuy y Tixcacalcupul, lo que convierte a Yucatán en el único estado que aplica recursos de ese programa para beneficio del arte sacro.
Las labores cuentan con el aval de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Yucatán y participan en el proyecto el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de la Cultura y las Artes (SEDECULTA), los ayuntamientos correspondientes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
Debido a que es necesario que las piezas reciban tratamientos profesionales, la intervención está a cargo de la sección de restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, bajo la responsabilidad de Claudia Ocampo Flores.
En una visita guiada por la sección del INAH antes mencionada, el jefe del Departamento de Patrimonio Cultural de la SEDECULTA, Enrique Martín Briceño, señaló que los proyectos de restauración de las imágenes religiosas se llevan a cabo en respuesta a la iniciativa de grupos organizados de los municipios referidos.
Mencionó que después de haberse aprobado dichos proyectos por el PDCM, el INAH Yucatán procedió a realizar los trámites ejecutivos correspondientes para después trasladar las piezas a las instalaciones en donde se les brindó mantenimiento.
Por su parte, la restauradora Ocampo Flores explicó que las imágenes que están en proceso son seis y de Cuzamá es la Virgen de la Natividad y la Purísima Concepción; de Timucuy el Cristo Nazareno y la Virgen de la Asunción; y de Tixcacalcupul el Cristo Negro de San Román y San Jacobo. Indicó que la Virgen de la Natividad y el Cristo Negro de San Román se encuentran en sus respectivas demarcaciones.
El proyecto arrancó en diciembre del año pasado y concluye en marzo de este 2014, cuando se entreguen las piezas a los municipios.
La restauradora expuso que las esculturas presentan, en general, deterioros muy parecidos ocasionados por intervenciones anteriores inapropiadas, como la aplicación de varias capas de pintura de mala calidad, ello debido a la falta de información sobre el mantenimiento adecuado para ese tipo de piezas.
También presentan deterioros relacionados con pérdidas formales, como dedos o manos, así como fragmentaciones causadas por manipulaciones incorrectas a la hora de vestirlas o sacarlas a procesiones.
Además, las esculturas se maltratan debido a las abrasiones ocasionadas por los constantes tocamientos de los feligreses.
Ocampo Flores indicó que las figuras religiosas poseen pelucas y coronas, a las cuales también se les dará tratamiento, ya que las extensiones son de cabello natural.
La intervención de las piezas se basa en la necesidad de recuperar la imagen tal como fue concebida originalmente, eliminando las capas de pintura puestas a lo largo de su trayectoria de vida y uso, además de reforzarlas estructuralmente para asegurar su conservación.
Subrayó el caso del Cristo de San Román, de Tixcacalcupul, pieza que a causa de un envejecimiento natural y la acumulación de hollín por la velación de la imagen, la capa de policromía original se ennegreció, convirtiendo una imagen caucásica en un Cristo Negro.
En este caso, debido al reconocimiento por parte de la comunidad de la escultura como Cristo Negro, se decidió respetar y mantener esa capa oscura, trabajando únicamente sobre los deterioros de la pieza como faltantes y fracturas sobre todo en los brazos.
Finalmente, la restauradora invitó a las comunas a acudir al INAH Yucatán para obtener información acerca de manipulación de esculturas sacras, ya que ello contribuye a la conservación de las mismas y las asesorías son gratuitas.