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México (24 de abril).- El País ya se coronó como el rey de los genéricos porque estos productos tienen más participación en el mercado de medicamentos nacional que en Alemania, Reino Unido, Japón y Estados Unidos.
En 2012, del total del volumen de medicamentos vendidos en México, 84 por ciento fue de genéricos.
El mercado más cercano es el Reino Unido, donde tienen 78 por ciento del total, según datos de Funsalud e IMS Health.
Esto refiere un cambio radical en el consumo mexicano, ya que fue hace 16 años, en 1998, cuando iniciaron las primeras pruebas oficiales de intercambiabilidad.
¿Fórmula mágica? No, esto fue un proceso largo, que inició cuando se venció la exclusividad de los medicamentos con patente y los datos se pusieron a disposición de las empresas que quisieran hacer un genérico.
Actualmente, una empresa accede a esas investigaciones y datos clínicos hasta tres años antes de los 20 que dura la patente. Con ello, puede desarrollar un fármaco idéntico, a un menor costo, que contiene la misma sustancia activa.
Cuando ya se sabe que la materia prima es la misma, y por lo tanto tendrá los mismos efectos, se prueba en dos grupos de voluntarios sanos: a los primeros se les da el genérico y a los segundos el innovador; y viceversa, con un lapso intermedio.
Es aquí es donde se revisa que sean comparables.
Ahora son muchas las empresas interesadas en entrar a este proceso, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam).
“Los genéricos tienen un impulso propio, igual que los de patente, y contrario a lo que se piensa, corren en carriles diferentes, no compiten. No son iguales”, dice Eduardo Pasquel, titular de Comunicación de la Anafam.
El desarrollo completo de un medicamento genérico en manos de una empresa nacional puede costar entre 8 y 12 millones de pesos, según la Asociación Mexicana de Genéricos Intercambiables (Amegi).
Por lo pronto, el consumidor mexicano sí vio el cambio, si se observan los datos oficiales de precios que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En 2004, el precio de los medicamentos aumentó 9.8 por ciento, casi el doble de la inflación general, que en ese año se ubicó en 5.2 por ciento.
El año pasado las medicinas aumentaron 5.4 por ciento, casi en línea con el 4 por ciento de inflación.
Y en algunos segmentos hay mejores noticias, como en las medicinas para diabetes, cuyos precios aumentaron solamente 2.5 por ciento el año pasado.
“Los genéricos van a seguir creciendo, y el mercado mundial, que hoy es de 172 mil millones de dólares, en cinco años crecerá a una tasa de 10 por ciento”, asegura Rafael Maciel, director de la Amegi.
Sin embargo, para Maciel aún hay muchos pendientes en el segmento. Avanzar en intercambiables para cáncer, autoinmunes y VIH es uno de ellos; es donde la biotecnología está trabajando, por lo que será difícil hacer moléculas idénticas.
“Al que le toque hacer genéricos de fármacos biotecnológicos la va a tener difícil”, advierte.
Una inclusión educativa sobre los genéricos también es pertinente.
“Nos tenemos que acostumbrar a ver más viejitos, a ver más enfermedades crónicas. Los genéricos amplían la calidad de vida. Un mexicano hoy, con centavos, controla su diabetes al día, ese es el gran beneficio, andan caminando, funcionando”, puntualiza.
Hay algunos obstáculos a vencer para la industria de genéricos, como el incluido en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), que todavía se está negociando.
En dicho acuerdo se pretende permitir la extensión de patentes y una mayor protección a datos clínicos.
Para Gustavo Leal, profesor investigador de la UAM Xochimilco, este es un tema delicado con varias aristas sin resolver.
Sin duda, extender la vigencia de las patentes es un tema que está en la mesa del Acuerdo, agrega.
Rafael Maciel, que también es miembro observador de la Alianza Internacional de Medicamentos Genéricos (IGPA), señala que será un reto.
“(El TPP) tiene sabor amargo y dulce: nos va a costar, habrá situaciones de ley y vigilancia más estricta, pero podremos participar con mejores estándares en mercados inalcanzables”, asevera.
Pero para la Anafam, vale la pena esperar y ver cómo va a funcionar por sectores el cierre de estas conversaciones.- (La Razón de San Luis)