298 palabras
MEXICO, D.F., 23 de junio.- En algunos individuos con trastornos alimenticios se ha encontrado que ciertas substancias químicas del cerebro (neurotransmisores) que controlan el hambre y el apetito se encuentran desbalanceados. Los trastornos de la conducta alimenticios usualmente se presentan en familias.
Los estudios actuales nos indican que la genética contribuye de manera significativa en los trastornos alimenticios. Los estudios de neuroimágenes también permiten comprender mejor que existen diferentes patrones en la actividad cerebral. Hay características de personalidad específicas vinculadas con cada uno de los trastornos; por ejemplo, las personas con anorexia tienden a ser perfeccionistas, mientras que las personas con bulimia son a menudo impulsivas.
Los trastornos en la alimentación también están asociados con otros trastornos mentales como la depresión. No sabemos si los trastornos en la alimentación son síntomas de dichos problemas o si los problemas se desarrollan debido al aislamiento, estigma y cambios fisiológicos causados por los trastornos en la alimentación en sí.
Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro (neurotransmisores) predisponen a algunas personas a sufrir ansiedad, perfeccionismo, pensamientos y comportamientos obsesivos y compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno de la conducta alimentaria. (Agencias)