806 palabras
Nueva York (7 de septiembre).- Joan Rivers había planeado tener un funeral ostentoso y extravagante, pero aunque tal vez su último adiós no sea así tendrá algo de esos aires.
La comediante detalló en su libro que había publicado en 2012 “I Hate Everyone … Starting With Me” (Odio a todos… comenzando conmigo) que esperaba “un gran escenario con luces, cámara, acción” y “ciento por ciento Hollywood”.
En vez de las palabras de un rabino, Rivers pidió “el llanto de Meryl Streep en cinco tonos distintos” y “un ventilador para que incluso en el féretro mi pelo se mueva como el de Beyoncé”.
El funeral del domingo podría ser ligeramente más discreto.
El servicio fúnebre en el Templo Emanu-El en Manhattan será privado; el templo y la representante personal de Rivers no facilitarán detalles ni divulgarán la lista de invitados.
Ni siquiera se sabe la hora del inicio del funeral. Aunque es muy probable la presencia de las cámaras y de la prensa.
Rivers, que murió el jueves a los 81 años, fue pionera entre los comediantes, en especial entre las mujeres. La rubia de voz áspera con marcado acento neoyorquino fue presentadora de un programa televisivo de entrevistas, actriz, crítica de moda y vendedora de una línea de joyería.
Continúa en investigación la causa de la muerte de la artista. Rivers fue hospitalizada el 28 de agosto, cuando tuvo un ataque cardiaco durante una revisión de rutina en un consultorio.
El departamento de salud del estado de Nueva York investiga las circunstancias del fallecimiento.
En su libro, Rivers dijo en broma que sería aburrida una muerte de causas naturales.
“Es la última gran presentación, el tercer acto, el número de las 11 en punto, que cuente. Si se va a morir, que sea interesante. ¿Hay algo peor que una muerte aburrida? No lo creo”.
La representante de relaciones públicas de Rivers dijo que en lugar de que se envíen flores, pueden hacerse donativos a las organizaciones caritativas God’s Love, We Deliver; Guide Dogs for the Blind; or Our House.- (El Informador)
Nueva York (7 de septiembre).- Joan Rivers había planeado tener un funeral ostentoso y extravagante, pero aunque tal vez su último adiós no sea así tendrá algo de esos aires.
La comediante detalló en su libro que había publicado en 2012 “I Hate Everyone … Starting With Me” (Odio a todos… comenzando conmigo) que esperaba “un gran escenario con luces, cámara, acción” y “ciento por ciento Hollywood”.
En vez de las palabras de un rabino, Rivers pidió “el llanto de Meryl Streep en cinco tonos distintos” y “un ventilador para que incluso en el féretro mi pelo se mueva como el de Beyoncé”.
El funeral del domingo podría ser ligeramente más discreto.
El servicio fúnebre en el Templo Emanu-El en Manhattan será privado; el templo y la representante personal de Rivers no facilitarán detalles ni divulgarán la lista de invitados.
Ni siquiera se sabe la hora del inicio del funeral. Aunque es muy probable la presencia de las cámaras y de la prensa.
Rivers, que murió el jueves a los 81 años, fue pionera entre los comediantes, en especial entre las mujeres. La rubia de voz áspera con marcado acento neoyorquino fue presentadora de un programa televisivo de entrevistas, actriz, crítica de moda y vendedora de una línea de joyería.
Continúa en investigación la causa de la muerte de la artista. Rivers fue hospitalizada el 28 de agosto, cuando tuvo un ataque cardiaco durante una revisión de rutina en un consultorio.
El departamento de salud del estado de Nueva York investiga las circunstancias del fallecimiento.
En su libro, Rivers dijo en broma que sería aburrida una muerte de causas naturales.
“Es la última gran presentación, el tercer acto, el número de las 11 en punto, que cuente. Si se va a morir, que sea interesante. ¿Hay algo peor que una muerte aburrida? No lo creo”.
La representante de relaciones públicas de Rivers dijo que en lugar de que se envíen flores, pueden hacerse donativos a las organizaciones caritativas God’s Love, We Deliver; Guide Dogs for the Blind; or Our House.- (El Informador)