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La escultura Guerrero Chimalli de Sebastian es lo más alto que se puede ver en Chimalhuacán, con excepción de los cerros Chimalhuachi y Las Palomas. (Juan Boites/El Universal)
Desde la Prepa 75 en la montaña o desde la Avenida Sor Juana Inés de la Cruz en el vecino municipio de Nezahualcóyotl, se distinguen su color rojo y su altura, pues con 65 metros, el Guerrero Chimalli es una de las obras más altas entre las 200 esculturas públicas del artista.
Con los años, Sebastian -nacido en Chihuahua, en 1947, con el nombre de Enrique Carvajal- ha ido creando piezas de mayor tamaño que se imponen a la entrada de ciudades, en puntos de frontera, en medio de plazas y que emulan, en sus palabras, el sentido de los dólmenes o menhires. (Adrián Hernández/El Unversal)
El tema resulta polémico al plantearse de nuevo la demanda de un debate sobre el arte público. El Guerrero Chimalli tuvo un costo de 35 millones de pesos. Ningún otro creador en México tiene más esculturas monumentales en espacios públicos que Sebastian. El artista asegura que incluso puso dinero de su bolsillo para concluir la obra.
En las redes sociales los memes se burlaron de la pieza, pues la compararon con monstruos, robots, Mazinger Z y también fue criticado su costo.
Otro factor que ha sido cuestionado es una antorcha en el Guerrero Chimalli (palabra que en náhuatl significa escudo), pues lo vinculan al símbolo del Movimiento Antorchista que gobierna en Chimalhuacán y que realizó magnos eventos este 2014 para festejar su 40 aniversario.
Autoridades niegan que la pieza sea una antorcha, pero en la papelería que se entregó al público durante la inauguración del Guerrero se habla de una antorcha como pieza número 1, y al evento acudió, además de alcalde Telésforo García Carreón, Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista.
La siguiente obra monumental de Sebastian estará en Tijuana, será La puerta de las Américas, una escultura que inaugurará en el 2015, en la frontera entre México y Estados Unidos. Medirá 48 metros.