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México (2 de enero).- Ninón Sevilla despertó al Año Nuevo, 2015, tan solo para despedirse. La actriz, cantante y bailarina cubana, considerada como una de las principales exponentes del llamado cine de rumberas de la Época de Oro del cine mexicano, protagonista de la película Aventurera (1950), murió ayer de un paro cardiaco en un hospital de la Ciudad de México.
La noticia fue confirmada por su hijo, el músico Genaro Lozano, líder del grupo Trapiche, quien antes, alrededor de las 13:00 horas, había compartido con los medios de comunicación el agradecimiento de su madre por el cariño de la gente. Para entonces, Sevilla estuvo estable y tan sólo fatigada al hablar. El Año Nuevo había llegado ya. Su muerte fue dada a conocer alrededor de las 16:40 horas de ayer, de voz de sus familiares y su propio hijo: “Ya está con la Virgencita de Guadalupe”.
“Mi mamá era guadalupana de hueso colorado, ya está con ella”, expresó con gran nostalgia Lozano, quien a lo largo de estos días no se apartó de Sevilla más que para lo necesario.
Sin ofrecer mayores detalles, el músico agradeció a los seguidores de la actriz, así como a los familiares y amigos que estuvieron al tanto de la salud de su madre, y sólo precisó que lo siguiente por hacer eran los trámites necesarios para su funeral, aunque no ofreció información del lugar en el que fueron velados sus restos.
El productor de televisión Federico Wilkins fue uno de los primeros en llegar al hospital. Señaló que Ninón Sevilla se fue llena de amor y sujeta por las manos de su hijo y por la de una señora que la cuidó durante diez años, doña Mary.
“Es la primera vez que veo irse a una persona con tanto amor y tan cuidada. Yo les decía a ellos que no se podían ir porque ellos le pasaban vida y amor, la tenían sujetada de las dos manos y la atención que le dieron las enfermeras fue muy buena. Su luz se fue apagando, se fue muy tranquila y hasta el miércoles (31 de diciembre, 2014) que estuve aquí, muy lúcida”, expresó Wilkins.
La protagonista de películas como Pecadora (1947), Señora tentación (1948), Víctimas del pecado (1951) y Sensualidad (1951) fue internada el viernes pasado, hace justamente una semana, por neumonía.
Su hijo informó desde el primer momento: “está delicada, pero estable”. Y aunque algunos portales afirmaron que la cubana tenía 93 años, Genaro Lozano aprovechó la ocasión para aclarar el error. Su año de nacimiento no fue 1921, sino 1929, por lo que murió a los 85 años.
La actriz, quien participó por última vez frente a una cámara en la telenovela Qué bonito amor, en 2012, junto a Jorge Salinas y Danna García, vio su salud afectada cuando hace seis meses viajó a Estados Unidos. El cambio de clima al regresar a la Ciudad de México le afectó y ella misma decidió acudir al hospital en el que falleció.
Señora tentación
Ninón Sevilla participó en 28 películas. En la década de 1940 fue cuando llegó a México, su país adoptivo, contratada por el productor puertorriqueño Fernando Cortés para trabajar en el Teatro Lírico de la capital. De ahí pasó al espectáculo de Libertad Lamarque, donde llegó a ser más ovacionada que la célebre actriz argentina. Fue el productor Pedro Arturo Calderón, quien tras observarla en un espectáculo de teatro, la invitó a trabajar en el cine, debutando en Carita de cielo (1946), en la que compartía créditos con María Elena Marqués y Antonio Badú.
Le siguió Pecadora (1947) junto al afamado actor Andrés Soler, Señora Tentación (1947), en la que participó el compositor mexicano Agustín Lara, con quien también compartió créditos en las cintas Revancha (1948), Coqueta (1948) y Perdida (1949). Sin embargo, uno de sus papeles emblemáticos y que la convirtieron en un símbolo sexual de aquella época llegó a mediados del siglo XX como Elena Tejero, la protagonista de la película Aventurera, dirigida por Alberto Gout, considerada por la crítica como la obra maestra del llamado cine de rumberas del séptimo arte mexicano.
De esta historia, fue la adaptación teatral que años después presentó la actriz y productora Carmen Salinas en los escenarios mexicanos por más de tres lustros. Fue por ello que, en su cuenta oficial de Twitter, se pronunció acerca de la muerte de Sevilla.
“Estoy muy triste. Acaba de morir la mejor Aventurera: Ninón Sevilla. Dios la tenga en su misericordia y la ANDA avise a su familia en Cuba”, publicó Salinas.
Edith González, quien realizó este mismo papel en teatro, también lamentó la pérdida.
“Tristeza profunda en el espectáculo latinoamericano provoca la muerte de #NinónSevilla una rumbera con rumbo, graciosa, inteligente, artista”, expuso.
Con Gout, Sevilla también hizo Sensualidad (1950), al lado de Fernando Soler, Mujeres sacrificadas (1952), con Roberto Cañedo, y Aventura en Río (1952), rodada en Brasil, donde Sevilla alcanzó a ser una estrella.
Películas de Sevilla como Mulata (1954) con Pedro Armendáriz y Yambaó (1956), en la que nada desnuda en una escena, fueron las primeras en incluir elementos de la santería y otras tradiciones de la cultura afrocubana en México. Su primera etapa cinematográfica concluyó con la comedia musical española Zarzuela 1900, rodada en 1959.
Además fue parte de 14 telenovelas, entre las que destacan Rosa salvaje (1987), compartiendo créditos con Verónica Castro, y María la del barrio (1995) y Rosalinda (1999), ambas junto a Thalía. También actuó en tres series de televisión: Mi generación (1997), Central de abasto (2008) y Como dice el dicho (2011).
Otros actores se pronunciaron al respecto en Twitter como Kika Édgar, quien escribió: “Cada comienzo de año nos acordaremos de ti #NinónSevilla. Descansa en paz”.
La actriz Danna García hizo lo propio: “#NinonSevilla Gracias por tu aprecio, apoyo, cariño… llenos de palabras bonitas. Eres grande aquí y en donde estés. Te Quiero. QDEP”.
Ninón Sevilla, cuyo nombre verdadero era Emelia Pérez Castellanos, nació el 10 de noviembre de 1929. Creció en La Habana vieja y de Cuba exportó el mambo, que trajo de la mano de Pérez Prado. También fue encargada de popularizar el chachachá, la conga y el merengue. Sevilla era la creadora de sus propias coreografías, a las que además de ritmos frenéticos, les agregaba coquetos guiños a la cámara y movimientos de boca que irradiaban su coquetería.- (Agencias)