Aguascalientes (19 de abril).- En su tercera presentación en un palenque, Luis Miguel tropezó por trepar a la barda que separa el redondel del público, pero logró caer de pie gracias a la intervención de un ayudante.

El incidente no opacó su actuación en la Feria Nacional de San Marcos, ni tampoco “Las Mañanitas” que le brindó el público un día antes de cumplir 45 años.

El cantante se reencontró con sus fans la madrugada de ayer y, con una actuación de una hora 55 minutos, agradeció las muestras de afecto que le rindieron.

A pesar de no llenar el palenque, El Sol lució emocionado y bailó para complacer a los asistentes que no se cansaron de corear: “¡Luismi!”, “¡Luismi!”, “¡Luismi!”.

El tropezón ocurrió en la parte final del concierto cuando, por tratar de estar cerca de la gente, trepó a la barda.

Caminó lentamente, al ritmo de la música, mientras cantaba y saludaba a sus seguidores.

Rodeó vasos con licor colocados en la barda, pero al llegar a la zona donde estaba el equipo de percusiones, perdió el equilibrio.

Para su fortuna, un asistente logró sostenerlo y permitió que el cantante cayera de pie, cerca de la batería.

Luis Miguel siguió cantando, aunque se quedó sentado breves instantes sobre la barda.

Colocó el pie derecho, aparentemente lastimado, en el piso y lo sacudió.

Para demostrar que estaba bien, se paró en el centro del ruedo y brincó al ritmo de la música.

La gente le respondió con aplausos y coreó sus canciones.

En el inicio de su presentación, Luismi se mostró inconforme con la ubicación de las bocinas, sobre la barda del redondel, pues le impedían acercarse al público.

De manera reiterativa pidió a sus colaboradores que las alejaran para poder estar próximo a la gente.

A mitad del concierto, las bocinas fueron recorridas; entonces El Sol pudo interactuar con una joven con velo de novia que se le acercó para regalarle un ramo de rosas por su cumpleaños y besarlo. Luego, más fans se acercaron a la orilla del ruedo para darle flores.- (Agencias)