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México (29 de diciembre).-
Hasta 40 por ciento de los diabéticos que requiere insulina no se apega al tratamiento por los mitos que hay en torno a ésta, asegura Ismael Javier Chavira, jefe de Endocrinología del Hospital General de México.
“Afecta porque hay cierto rechazo del paciente o de la familia a aplicarse la insulina”, afirma.
Comenta que uno de los principales mitos es que daña los riñones y los ojos, y origina que los pacientes sean amputados.
Esto se debe a que cuando los pacientes requieren insulina ya tienen al menos diez años del diagnóstico de la diabetes y ésta está descontrolada, entonces empiezan a presentar complicaciones, lo que coincide con el uso de este fármaco.
Por esta razón, muchos asocian el uso de insulina con la presencia de complicaciones de la enfermedad.
Otro mito, dice el médico, es que origina que el paciente suba de peso, pero mientras tenga una alimentación adecuada esto no sucede.
“Hay una ligera elevación del peso porque se aprovecha mejor la glucosa, pero si el paciente lleva una alimentación adecuada y se ejercita no habría aumento de peso”, precisa.
También se cree que la insulina es el último recurso para controlar al paciente.
En personas con diabetes tipo 1, cuyo páncreas no produce insulina, por ejemplo, el tratamiento de inicio es la insulina.
En diabéticos tipo 2 se emplea cuando los medicamentos orales ya no les hacen efecto y ya no logran el control.
Explica que la insulina sirve para que el cuerpo aproveche mejor la glucosa, las proteínas y las grasas.
“Es como una llave que permite el paso al interior de las células de la glucosa, de proteínas, de grasas”.
Describe que existen dos tipos de insulina, la de acción prolongada y la de acción corta.
Los diabéticos deben aplicarse todos los días una dosis de insulina de acción prolongada, y antes de cada comida de acción rápida.
Con la de acción prolongada hay un aprovechamiento de la glucosa todo el día, con la de acción corta cuando se consume alimento.
Generalmente, después de diez años de diabetes se requiere de la insulina, sobre todo en pacientes que desde un principio no han llevado un buen control del padecimiento.- (Agencias)