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México (17 de enero).-
Dos meses después de los atentados terroristas en esta ciudad, sólo hay un espacio en el que la gente sigue depositando homenajes: el Bataclan.
El legendario teatro y sala de conciertos parisino, en donde islamistas armados asesinaron a 90 personas el pasado 13 de noviembre, se ha convertido en el nombre de batalla de una asociación que busca crear un monumento en homenaje a las 130 víctimas mortales en total por los ataques.
Génération Bataclan busca convocar a los franceses y a los ciudadanos del mundo entero para demandar la construcción de un memorial permanente, en vez del archivo digital que resguarda la Alcaldía de París.
Y es que las autoridades de la capital gala fotografían in situ los homenajes improvisados y las ofrendas que aparecen en el Bataclan o en la Plaza de la República, para luego retirarlos y clasificarlos para conservación en un archivo especial.
“Es un trabajo que se llevará a cabo durante varios meses hasta el retiro definitivo de los sitos de homenaje”, aseguró el director de los Archivos de París, Guillaume Nahon.
“Es una memoria virtual, no es suficiente”, criticó el presidente de Génération Bataclan, Olivier Legrand.
“Se necesita un monumento físico”, aseguró a REFORMA.
Tampoco son del agrado de Legrand las placas conmemorativas instaladas con motivo del primer aniversario de la ola terrorista de enero de 2015, en la que murieron 17 personas; entre ellas, los caricaturistas del semanario satírico Charlie Hebdo.
“Es poca cosa, es un homenaje demasiado austero para eventos que conmocionaron al mundo entero”, afirmó Legrand. Pero, ¿por qué elegir el Bataclan como el sitio para el monumento, y no la Plaza de la República?
“(La Plaza) es un lugar muy general, impersonal; no están los nombres de las víctimas y eso ya es olvidarlas”, comentó el francés, quien creó la asociación pocos días después de los atentados.
“No me vi afectado directamente por los atentados. Pero como todos los franceses me conciernen. Es como toda esa gente que acudió a los hospitales a donar sangre. Querían ser útiles, ayudar en algo”, destacó Legrand.
“Con este objetivo de erigir un monumento, les ofrecemos (esa) posibilidad”, comentó.
La convocatoria para el proyecto arquitectónico se cerrará el 15 de febrero, supervisada por el arquitecto Francis Soler, conocido por la renovación del Ministerio de la Cultura.
Actualmente, Génération Bataclan busca fuentes de financiamiento, ya que su proyecto es apolítico y desea pagar el monumento con donaciones de particulares.
Quienes deseen contribuir a la construcción del monumento pueden hacerlo a través de la siguiente plataforma de financiamiento colectivo: https://www.helloasso.com/associations/generation-bataclan.
Además, la asociación planea hacer una réplica del monumento planeado para cada uno de los países de donde eran originarias las víctimas.
Dos mexicanas, Michelli Gil Jaimez y Nohemí González Villanueva, fallecieron en los atentados del 13 de noviembre.
Más que un nombre
Popularizado después de los atentados terroristas de hace dos meses, el apelativo Generación Bataclan pasó a representar a un grupo de franceses, jóvenes, clasemedieros, noctámbulos, que constituyeron la mayoría de las víctimas del 13 de noviembre.
Sin embargo, Olivier Legrand señala que su asociación retomó el nombre porque representa más que una descripción demográfica.
“Es un término muy trillado pero creo que representa lo que sentimos. Va más allá de una generación, pues entre las víctimas hay personas de muy diversas edades”, dijo.
Legrand destaca que Génération Bataclan es un denominación genérica que reúne a todos los ciudadanos que ese día asistieron directa o indirectamente a esa tragedia, a todos aquellos que se sintieron concernidos.
“El 13 de noviembre todos nos sentimos blanco de esos ataques. Cualquiera de nosotros podía haber estado ahí ese día. Yo mismo había asistido apenas unos días antes a un concierto en el Bataclan y, ¿quién no ha estado comiendo un viernes por la noche en la terraza de un café?”, comentó.
Legrand estima que los ataques islamistas representan un parteaguas que obligó a los franceses a tomar conciencia de muchas cosas, como sucedió en Estados Unidos con el 11 de septiembre.