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México (9 de diciembre).-
A casi un año de su promulgación, la Secretaría de Cultura (SC) no termina de arrancar.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encuentra sin un titular, con Diego Prieto como encargado de despacho, y no se sabe quiénes ocuparán las dos subsecretarías de la SC, encabezada por Rafael Tovar y de Teresa, así como la Oficialía Mayor, la Unidad de Asuntos Jurídicos y las nuevas direcciones generales, 12 en total.
El Secretario había anunciado que esperaría hasta la publicación del Reglamento Interior para hacer cambios en los puestos directivos. Ha pasado un mes desde su publicación en el Diario Oficial de la Federación, el 8 de noviembre pasado, sin que se conozcan los nombramientos pendientes.
Uno de los faltantes más notorios para el cabal funcionamiento de la SC es la Ley de Cultura, necesaria para conformar la política cultural del País. En la instalación del Foro de Análisis y Propuesta para su elaboración, el 23 de noviembre pasado en el Senado, se le reprochó a Tovar y de Teresa su ausencia y no tener una participación más activa.
Otro instrumento legal pendiente es el Manual General de Organización, cuya expedición es facultad indelegable del Secretario, a quien no se ha visto en eventos públicos desde el 19 de octubre pasado.
Falta además el Acuerdo de Sectorización que establecerá qué entidades paraestatales estarían sectorizadas a la SC, como se prevé que sean el Centro de Capacitación Cinematográfica, el Cecut, Educal, los Estudios Churubusco, la Cineteca Nacional, Imcine, Inali y el Canal 22.
Están pendientes también las Condiciones Generales de Trabajo que, según la Dirección General Jurídica de la Secretaría, esperarán hasta principios de 2017.
Tampoco se tienen los Acuerdos Secretariales de Adscripción que detallan la estructura interna de las subsecretarías y las direcciones.
Desde su creación, la Secretaría de Cultura ha enfrentado la oposición de las distintas delegaciones sindicales del INAH e INBA. Su bandera ha sido el respeto a los derechos laborales adquiridos y contra lo que consideran una invasión por parte de la Secretaría de las funciones sustantivas de los institutos.
Los sindicatos se han opuesto al recorte presupuestal a Cultura, que en 2017 dispondrá de 12 mil 428 millones de pesos. Menos que los 15 mil 255 millones de pesos asignados en 2016.
Tras la desaparición del subsidio piso, que otorgaba 34 millones de pesos al año a los institutos y secretarías de Cultura de cada uno de los estados bajo aval de la Cámara de Diputados, la SC trabaja en la redistribución del presupuesto para apoyar a los estados.
Y ahora otro pendiente en la estructura de la Secretaría se acaba de sumar: el nombramiento de un nuevo director del Festival Internacional Cervantino, que dirigía Jorge Volpi, quien ayer asumió la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM.