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México (3 de enero).-
La liberación del precio de las gasolinas permitirá al consumidor contar con más opciones de compra y al gobierno dejar de gastar miles de millones de pesos en un subsidio que no siempre beneficiaba a quien más lo necesitaba, explicó este lunes el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade.
En entrevista para SDPnoticias, el funcionario federal reconoció el malestar entre la población por esta medida y explicó que el escenario de protestas ante la noticia “era muy difícil de prever”, pero aseguró que la decisión traerá al país inversión y seguridad energética, al tiempo que el consumidor se beneficiará con la competencia.
Meade Kuribreña insistió en que postergar la liberación le hubiera costado al gobierno federal unos 200 mil millones de pesos anuales, dinero que hubieran tenido que sacar “de algún otro lado: o en mayores impuestos, o en mayor deuda, o en menores recursos para los programas sociales, y pensamos que ninguna de las opciones era una buena alternativa”.
Para poner en perspectiva dicha cantidad, el secretario explicó: “200 mil millones de pesos se oye en abstracto y no sabe uno si es poco o es mucho. Es más que todo lo que gastamos en seguridad en el país en todo un año, es el doble de lo que gastamos en Prospera”, o cien veces lo que gasta Liconsa.
Sobre la reacción de la población ante el aumento, indicó que la dependencia a su cargo ha hecho su mejor esfuerzo para explicar los posibles beneficios que se verán en el futuro con el nuevo esquema, y añadió: “es una decisión que ya estaba tomada, es una decisión correcta, es una decisión que le va a dar al país fortalezas”.
Además, recordó que en el pasado se destinó hasta 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país para mantener bajos los precios del combustible. De haber utilizado ese dinero en otras áreas, “nuestra deuda pública podría ser 7 puntos del PIB menos, o podríamos tener 7 puntos del PIB de mayor infraestructura”.
Sobre el posible impacto inflacionario, recalcó que éste será “transitorio” y se diluirá con el tiempo, pues el nuevo modelo permite que el precio de la gasolina baje cuando bajen los costos de los insumos, lo cual no pasaba en el pasado.
Finalmente, aseguró que “vale la pena” asumir los costos políticos de la liberación de la gasolina, y quien piense que era posible mantener el control en los precios “está haciendo un argumento que no reconoce no sólo las realidades del mercado, sino las realidades de las finanzas públicas”.