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México (17 de abril).- Confinado en una habitación de un desconocido motel de Isla Mujeres, en el Caribe mexicano, el escape del cubano Yasiel Puig de su país natal hacia la libertad se convirtió en una prisión, bajo amenaza constante del cártel mexicano de los Zetas de mutilarle un dedo o un brazo, si el pago de su rescate no llegaba a tiempo.
De esta forma resumió el diario Los Ángeles Times los avatares del sensacional jugador de los Dodgers en su empeño por llegar a concretar el sueño de jugar en las Grandes Ligas de beisbol.
El avance del artículo, que será publicado completo por el Magazine de Los Ángeles Times en su edición de mayo, ha conmocionado a la comunidad de este deporte.
El diario estadounidense desvela los pormenores del escape de Puig de la isla comunista, hasta ahora un secreto guardado bajo siete llaves.
Ni Puig, de 23 años, ni ejecutivos de los Dodgers ni la empresa Wasserman Media Group que representa al jugador han querido dar declaraciones al respecto.
“El viaje de Puig, de acuerdo a las alegaciones formuladas en los documentos judiciales y detallada en las entrevistas, había sido planeado por un ladrón de poca monta en Miami llamado Raúl Pacheco, un reparador de aire acondicionado y reciclador que estaba en libertad condicional por tentativa de robo y posesión de un carné de identidad falso”, apunta el artículo del LA Times.
Según la historia, en junio de 2012, Puig salió de su casa en Cienfuegos, en la costa sur de Cuba, y partió en coche a la norteña provincia de Matanzas, a sólo 140 kilómetros de Florida.
Viajaba con tres compañeros: un joven boxeador, una chica aventurera y un sacerdote de la religión yorubá.
Antes de abordar la lancha rápida que les conduciría a la supuesta libertad, el sacerdote bendijo la expedición con un chorrito de ron y una pizca de sangre de pollo.
Los Dodgers y las Grandes Ligas no han dicho qué medidas han adoptado para garantizar la seguridad de Yasiel Puig.
Pacheco había acordado pagar a los contrabandistas de los Zetas 250,000 dólares para que sacaran de forma clandestina de Cuba a Puig, quien había sido sorprendido por las autoridades de la isla en al menos otras dos tentativas de escape.
Supuestamente, debían llevarlo a un tercer país, no revelado, para que estableciera residencia y pudiera firmar como agente libre, algo que hacen usualmente los peloteros cubanos.
A condición de su fuga, Puig tendría que pagar el 20% de sus ingresos futuros a Pacheco.
Pero el pago de Pacheco a los contrabandistas se demoraba, y éstos amenazaron con mutilar al jugador si no recibían el dinero.
“Si ellos no recibían el dinero, decían que en cualquier momento podrían darle un machetazo. Cortarle un brazo, un dedo, lo que sea, y que no volvería a jugar al beisbol de nuevo”, dijo el boxeador Yunior Despaigne, compañero de viaje de Puig, citado por el LA Times.
Los Dodgers y las Grandes Ligas no han dicho qué medidas han adoptado para garantizar la seguridad de su jugador, aunque se confirmó que el club ha contratado a personal extra para esta tarea.
Yasiel Puig, pelotero cubano de los Dodgers de Los Ángeles, ha brillado desde su debut oficial en Grandes Ligas, el 3 de junio de 2013.
Yasiel Puig se ha convertido en la historia más electrizante del beisbol de Grandes Ligas. Desde su debut la pasada temporada, el cubano ha estado en el centro de todas las noticias por sus batazos descomunales, atrapadas espectaculares y un brazo prodigioso, pero también por asuntos menos deportivos, como dos detenciones de tránsito por manejar a exceso de velocidad.
Tras firmarle un contrato de 42 millones de dólares, el equipo lo mandó a las Ligas Menores. Un cambio demasiado brusco para un chico que apenas ganaba en Cuba 17 dólares al mes, y que creció admirando a su compatriota Víctor Mesa, apodado ‘La Explosión Naranja’ por el color de su uniforme de Villa Clara.
Los Dodgers andaban en caída libre cuando decidieron subir a Puig, el 3 de junio de 2013, fecha oficial de su debut en Grandes Ligas.
Desde que pisó el terreno, el cienfueguero se echó a la afición al bolsillo por su explosivo juego, una chispa que sacó a los Dodgers de la mala racha y les encaminó a su primera postemporada en varios años.
Puig siempre estuvo renuente a hablar de cómo escapó de la isla.
Cuando la prensa le pregunta ahora, se limita a decir: “No voy a hablar de eso. Pregunten de pelota (beisbol)”.- (Terra)