1012 palabras
MEXICO, D.F., 29 de noviembre.- Además de los personajes icónicos como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, Chespirito logró adaptar la lengua popular mexicana al habla de sus personajes para que el público se identificara mejor con ellos, el resultado fue que después las personas empezaron a expresarse como ellos.
Doña Florinda, Don Ramón, La Chilindrina... Todos reclamaban a El Chavo cuando metía la pata.
Cada que cometía un error, El Chavo del 8 respondía "Se me chispoteó"
Otra famosa disculpa era "No me tienes paciencia", generalmente era expresada luego de que Quico gritara, "cállate, cállate, que me desesperas".
Chanfle, referencia a la película protagonizada por Chespirito, fue durante un buen tiempo un sustituto del "Chale", tanto en el habla de los personajes como la popular.
La memorable frase ha sido modificada e imitada muchas veces en el vocabulario diario de la población mexicana.
El Chapulín Colorado decía eso antes de que cometiera un error o se tropezara con algo.
No contábamos con su astucia. Chespirito logró que la mayor parte de las frases de sus personajes se quedaran grabadas en el imaginario colectivo de Latinoamérica.
Con esa frase, los protegidos del Chapulín se tranquilizaban.
Si Batman tiene su batiseñal, El Chapulín Colorado tenía un llamado especial de las víctimas.
Así daba la razón El Chavo del 8.
Eso exclamaba el Profesor Jirafales cada que se enojaba.
Así hacía La Chilindrina luego de contar un chisme... Que todos le creían.
Chusma, era la palabra que generalmente Doña Florinda y Quico usaban para desdeñar a sus vecinos. "Chusma, chusma"
El Dr. Chapatín siempre justificaba con esa frase algo que le desagradaba.
Frase famosa que hasta la fecha muchas personas que crecieron durante la época de los 70 usan de vez en cuando. La decían principalmente en la serie de Los Caquitos.
La Chimoltrufia y Chómpiras no dudaban en usar el "cantinfleo" para "enriquecer" su vocabulario.
Como Spiderman y su sentido arácnido, El Chapulín detectaba el peligro con sus antenas.
Esta frase era utilizada por El Chapulín Colorado luego de que alguien le hiciera notar lo que estaba ocurriendo.
Chaparrón Bonaparte decía esta frase a Lucas Tañeda cada vez que éste le agradecía por llamarlo licenciado.