Chihuahua (22 de mayo) El homicidio del niño de 6 años, Christopher Raymundo Márquez Mora, en manos de un grupo de cinco adolescentes, es parte del “lamentable pronóstico” sobre una nueva generación de sicópatas de esa edad a punto de brotar, específicamente en Chihuahua, y tuvo muestras de sadismo sexual, el nivel 5 de la escala de depravación del Manual de Clasificación del Crimen III.

Así lo concluyó el interrogador forense de la Fiscalía General del Estado (FGE), Carlos Quiroz, quien también confesó a las adolescentes asesinas, Ana Carolina López Enríquez y Dayana Salinas, y que insistió en la responsabilidad de los legisladores y jueces de no minimizar las consecuencias penales a los agresores por su edad.

Quiroz Ochoa compartió el análisis criminalístico del asesinato de Christopher, el cual es clasificado como “Homicidio por emoción de grupo” (Group excitement) de acuerdo con el Manual de Clasificación del Crimen (CCM -III), debido a las características que presenta, en donde destaca la saña y diversos niveles de sico y sociopatología.

Al tratarse de una víctima que se convirtió en ella por haber captado la atención de un grupo, se analiza que “la escena del crimen es caótica y desorganizada, pues fue lastimada con objetos que estaban al alcance de los agresores”, describió.

El otro aspecto es la cantidad de agresión dirigida hacia la víctima, fue “excesiva y usualmente también se presenta posmortem”, agregó el sociólogo y criminalista.

“El sadismo sexual es la sicopatología primaria presente, la cual corresponde al nivel 5, dentro de la escala de depravación del CCM, cuyo máximo nivel es el 9, y se caracteriza por derivar placer sexual a partir del dolor de una víctima que es vulnerable”, detalló.

“Un grupo con agresores de este tipo de homicidio, típicamente no tiene un líder, y eso permite durante la investigación, que uno de los integrantes confiese. Además de que en este tipo de crímenes, como el de Christopher, la víctima presentará lesiones diversas consistentes con la participación de varios agresores”.

CASO SIMILAR

Refirió que un caso de este tipo tiene antecedentes en Liverpool, Inglaterra, cuando en febrero de 1993, James Patrick Bulger, un niño de sólo dos años fue asesinado en las mismas circunstancias.

El menor inglés perdió la vida a manos de Robert Thompson y Jon Venables, ambos de 10 años, quienes patearon a James, le “tiraron piedras, fue violentado sexualmente y finalmente le tiraron una barra de 10 kilogramos en la cabeza, que le partió el cráneo”, comparó.

“La diferencia en el caso de Christopher, es que al menos uno de los agresores sugirió esconder el cadáver de la víctima, lo cual no sucedió en el caso de James Bulger”.

“Esto implica que sí existen rasgos sicopatológicos entre los miembros del grupo agresor y no nada más rasgos sociopatológicos. Por ello es muy importante que se tenga cuidado a la hora de evaluar a los agresores”.

Lo anterior, debido a que el grado de responsabilidad y los agravantes criminológicos dependerán de “distinguir quién tiene rasgos de sicópata y quién de sociópata. Los sicópatas son más peligrosos que los sociópatas”.

Dan cárcel a 2 niños homicidas

Luego de una audiencia de más de cuatro horas, el juez especializado en justicia para adolescentes, Francisco de León Merino, decretó detención preventiva contra los menores de 15 años que asesinaron a Christopher Raymundo Márquez Mora y a los tres menores de 14 los envió a la custodia del DIF estatal.

Por su parte, la defensa solicitó la duplicación del plazo para que se resuelva la situación jurídica de sus patrocinados y en tal virtud se ordenó celebrar la audiencia de vinculación a proceso a las 9:00 horas del próximo martes 26 de mayo.

El fallo hasta ahora no sorprendió a nadie, ya que la ley establece en Chihuahua que los menores de 14 años son inimputables.

Durante la audiencia en que el Ministerio Público formuló imputación a cinco adolescentes como probables responsables del hecho, tal institución estimó que es típico del delito de homicidio calificado, además pidió que se vinculara a proceso a aquellos y que se les impusieran medidas cautelares, pero esto fue negado en primera instancia por el juez. (Reforma).