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México (8 de febrero).-
La anatomía y fisiología infantil en desarrollo hace que los niños asimilen con mayor velocidad y mayor impacto los contaminantes ambientales, por lo que es urgente reducir la exposición a contaminante en el hogar.
El presidente del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable (CCDS) Región Noroeste, José Carmelo Zavala dijo que contrario a lo que se piensa, “los niños no son adultos pequeños, es un grupo vulnerable en el que se maximizan los riesgos”.
Ejemplificó que el humo de cigarro en casa puede provocar asma en los niños, riesgo no consciente de los fumadores que piensan que sólo ellos a ellos perjudica, “los niños son más vulnerables que los adultos por su intensa actividad respiratoria”.
Añadió que pueden minimizarse riesgos y mejorar la calidad del aire si, por ejemplo, se usa carro compartido o transporte público y evitando hacer lumbradas.
Además, alertó sobre el plomo presente en platos y jarros de barro, pues el plomo se acumula en el organismo y los niños tienen problemas en el sistema nervioso.
“El plomo se utilizó en pinturas, las casas más viejas seguro tienen restos de pintura base plomo; todavía en las tuberías de agua caliente se utiliza cobre con soldadura estaño-plomo, por lo que utilizar la línea de agua caliente para agua de beber es una mala idea”, expuso. Indicó que los químicos en el hogar son frecuentes en insecticidas, limpiadores, pesticidas en aerosol y en frutas con restos de agroquímicos, por lo que es vital que los niños no tengan acceso a estos productos.
“Leer las etiquetas, lavar las frutas y saber qué hacer en caso de emergencia, además de no usar esos recipientes después para guardar bebidas o alimentos”, son de las acciones más recomendables aseguró. Agregó que algunas recomendaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) para que los niños respiren aire no contaminado son no fumar ni permitir a otros fumar en su casa o automóvil.
También, evitar actividades al aire libre cuando hay alertas de altos niveles de ozono en el aire, y mantener la casa lo más limpia posible, porque el polvo, el moho, los insectos y la caspa de animales domésticos pueden causar ataques de asma y alergias.
Dijo que para no contribuir a la contaminación del aire, la EPA sugiere caminar, participar en grupos para compartir transporte en automóvil privado, usar la bicicleta y transporte público, evitar dejar prendido el motor del automóvil innecesariamente y no hacer fogatas ni quemas al aire libre. Agregó que para proteger a los niños del envenenamiento con plomo, recomienda que un médico los examine para saber si tienen plomo en la sangre, además de lavar los pisos y marcos de ventanas para protegerlos del polvo y la pintura descascarada.
“Para protegerlos del envenenamiento con monóxido de carbono, se sugiere que en el hogar se revisen una vez al año todas las tuberías de salida de humos de calderas de calefacción y chimeneas”, anotó. Además, recomendó tanto a menores como adultos no dormir en cuartos en donde haya estufas o calentadores de gas o de queroseno sin ventilación.
Zavala asistió al Simposio de Salud Ambiental de los Niños San Diego 2016, realizado en San Diego, California, organizado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, donde “quedó clara la definición médico biológica: los niños no son adultos pequeños”.