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México (9 de febrero).-
Emilio Lozoya fue removido de la dirección general de Petróleos Mexicanos (Pemex) después de que el Banco de México, la Secretaría de Hacienda y el Presidente Enrique Peña exigieran una reestructura en el gasto de la empresa.
José Antonio González Anaya, hasta ayer director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ocupó su lugar.
El nuevo responsable de la petrolera recibió la instrucción de ajustar los costos de Pemex, revisar el programa de gasto y hacer uso de los esquemas de asociación e inversión de la reforma energética para fortalecer sus procesos.
Pese a la reforma, una de las más importantes que ha aprobado el País, la denominada empresa productiva del Estado vive una de sus peores crisis en medio de un declive de los precios internacionales del petróleo.
Durante la administración de Lozoya, la producción petrolera de Pemex cayó 12 por ciento al pasar de 2 millones 577 mil barriles diarios que tenía en diciembre de 2012 a 2 millones 259 mil barriles en enero de 2016.
El endeudamiento neto de la empresa pasó de 6.1 mil millones de dólares a 15 mil millones de dólares en 2015.
El precio de la mezcla mexicana de exportación llegó a su máximo en junio de 2014 al alcanzar 102.41 dólares por unidad, para luego enfrentar la debacle que llevó a la cotización actual de 25.7 dólares.
En comparación con la industria mundial, Pemex está rezagado en productividad laboral. Las petroleras Shell (anglo-danesa), Exxon Mobil (estadounidense) y Statol (noruega) tienen una producción de 32.6, 52.7 y 76.6 barriles diarios de petróleo crudo equivalente por trabajador, respectivamente.
Pemex, en cambio, tiene una producción de 18.17 barriles diarios de crudo equivalente por empleado, según los reportes enviados por cada empresa a la Security and Exchange Comission de Estados Unidos al cierre de 2014.
A inicio del año, Moody?s revisó a la baja la calificación de Pemex y advirtió sobre su inminente debilidad financiera y las dificultades para recuperar sus niveles de producción.
Los cambios más relevantes de la nueva administración de Pemex deberán pasar por la aprobación del consejo de administración de la petrolera, que incluye a los cinco consejeros del Gobierno federal y los cuatro independientes.