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México (25 de abril).-
La felicidad “no tiene precio” y “no se negocia” porque no es como una “app” del teléfono celular que se pueda descargar como la versión más actualizada, advirtió el Papa a más de 70 mil jóvenes en la Plaza de San Pedro.
En un sermón lleno de ejemplos sencillos y a la mano, el Papa Francisco animó a ir contra corriente y decir no a los dictados de la moda a los participantes en el Jubileo de los Adolescentes, una celebración que convocó a muchachos y muchachas de diversos países.
“No confíen en quien les distrae de la verdadera riqueza, que son ustedes, cuando les digan que la vida es linda si se tienen muchas cosas; desconfíen de quien les quieran hacer creer que son valiosos cuando se hacen pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando llevan vestidos a la última moda”, dijo.
Más adelante, el Pontífice les advirtió a los jóvenes que muchos les dirán que ser libres significa hacer lo que uno quiera pero les pidió aprender a “saber decir que no”.
Sostuvo que la libertad no es poder hacer siempre lo que uno quiere ya que eso -siguió- vuelve cerrados, distantes e impide ser amigos abiertos y sinceros. “No es verdad que cuando estoy bien todo vaya bien”, insistió.
Aseguró que la verdadera libertad es el don de poder elegir el bien y “aquello que agrada a Dios”, incluso cuando sea fatigoso porque sólo con decisiones valientes y fuertes se realizan los sueños más grandes, esos por los que vale la pena dar la vida.
“Harán cosas maravillosas si se preparan bien ya desde ahora, viviendo plenamente esta edad de ustedes tan rica de dones, y sin tener miedo de la fatiga”, estableció.
La misa multitudinaria en la Plaza de San Pedro fue el momento culminante del Jubileo de los Adolescentes, que inició el sábado con una sorpresa protagonizada por el mismo Papa quien apareció entre los muchachos para confesar a algunos de ellos.
Sobre los adoquines de la plaza se habían ubicado unos 150 sacerdotes que durante varias horas confesaron a decenas de muchachos. Poco antes del mediodía Francisco hizo lo propio con 16 jóvenes.
Por la noche los muchachos se trasladaron hasta el Estadio Olímpico de Roma donde tuvo lugar un concierto y una vigilia de oración, durante la cual se proyectó un videomensaje del Papa Francisco.
En él también usó ejemplos concretos y con un celular en la mano afirmó que vivir la vida sin Jesús es como tener un móvil sin señal.