661 palabras
México (22 de abril).-
El tres veces ganador del Óscar, Emmanuel “El Chivo” Lubezki, reconoció a Alfonso Cuarón como su maestro en el Festival de Cine de Tribeca, que concluye el domingo.
Ambos participaron en “Conversaciones con Directores”, que son charlas privadas al público sobre lo más relevante de su carrera.
Durante una hora y cuarto, los galardonados por la Academia estadounidense tomaron el micrófono ante el teatro lleno de La Escuela de Artes Visuales en Chelsea, para platicar anécdotas poco conocidas de su carrera. Abarcaron desde cuando se conocieron en la secundaria, a los 15 años, hasta cuando Cuarón fue invitado a dirigir Harry Potter y El Prisionero de Azkabán (2004).
“Alfonso siempre estaba rodeado de un grupo de niñas que oían todo lo que decía. Yo quería saber de qué hablaba, ¡y era de cine! Específicamente de los colores de las películas, eso me llamó mucho la atención”, recordó el cinematógrafo.
“Después me lo reencontré en el CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos) y me volví su asistente, y lo que más aprendí en la escuela, fue gracias a él, ha sido el mejor maestro que he tenido”, aceptó Lubezki ante el aplauso de la audiencia.
“Cuando yo vi los cortometrajes de ‘El Chivo’ en cámara Súper 8, me di cuenta de que él entendía de cine mucho más y mejor que yo”, agregó Cuarón. “Siempre estuvo muy interesado en jugar con la luz, algo totalmente nuevo para mí, pues yo jugaba con la cámara”.
Ambos aceptaron que ya desde la universidad, los intelectuales los juzgaban de traidores y eran llamados los niños “Gerber” porque les gustaban las películas de Hollywood, algo considerado como pecado para los cineastas mexicanos del momento.
De su época trabajando en Televisa dentro de la producción La Hora Marcada (1989-1990), serie a la que describieron como la “Twilight Zone” mexicana, dijeron que fue una gran escuela porque tenían libertad total con tal de que respetaran el presupuesto y los tiempos de entrega.
“Yo lo estaba disfrutando mucho hasta que Emmanuel me preguntó si mi siguiente paso era hacer telenovelas, que porque me veía muy contento ahí.
“Primero, me molestó su comentario, pero hizo que me diera cuenta de que estaba en una zona de confort, así que me salí para escribir un guion de cine y dedicarme a hacer películas”, confesó el director.
Narraron que fue “El Chivo” quien invitó a Cuarón a Hollywood cuando estaba trabajando en la serie de televisión Fallen Angels (1993-1995).
“Él tenía más experiencia colaborando con estrellas”, dijo Cuarón, “yo estaba apanicado de trabajar con gente como Tom Hanks y Tom Cruise, y las cosas no estaban saliendo bien.
“Un día el productor se hartó y gritó: ‘Ustedes los mexicanos son muy lentos’. Luego se arrepintió y pidió perdón, pero yo le contesté: ‘No somos lentos, somos flojos, que es diferente’. Se atacó de la risa y nos volvimos muy amigos”, reveló Cuarón.
El cineasta también compartió que gracias al recientemente fallecido Alan Rickman, él se soltó con seguridad para dirigir El Prisionero de Azkabán.
“Me llamó Alan Rickman a su tráiler, yo creí que me iba a regañar, y ahí me dio un discurso de que ellos estaban ahí para mí, que confiaban en mí, que yo era el director y tomara mi papel como tal. A partir de ahí agarré confianza y todo fluyó”.