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México (2 de noviembre).-
Mientras el ser humano le tema a su entorno político y social, seres fantásticos como los zombis, hombres lobos y vampiros seguirán vigentes en el mundo del entretenimiento.
Esta apreciación proviene de John Landis, cineasta de culto famoso por filmes como Un Hombre Lobo Americano en Londres, Animal House, La Dimensión Desconocida - La Película y el icónico video de la canción “Thriller”, de Michael Jackson.
“Más que asustar o existir por existir, los monstruos en el cine o cualquier otro medio, representan el contexto social del momento. Son la encarnación de los miedos de la gente, pues si algo tiene el ser humano es que siempre ha vivido temeroso a su entorno.
“En esencia nos da miedo lo desconocido, lo que no podemos controlar y lo que sacude nuestra existencia. Generalmente se trata de situaciones políticas, económicas o sociales. Los monstruos sólo sirven de metáfora para ese pánico”, puntualiza Landis en entrevista.
El realizador, originario de Chicago, visito esta semana por primera vez la Ciudad de México, pues es el invitado de honor de la edición 2016 del Mórbido Fest, un certamen internacional de cine dedicado a las historias fantásticas y de terror.
Considerado “el padre del hombre lobo moderno”, Landis cree que este apodo no le va tan bien, pues la mayoría de los 42 créditos como director que tiene en su filmografía corresponden a cintas de comedia como Los Tres Amigos y De Mendigo a Millonario.
“Sólo porque hice un par de películas de horror y el video de ‘Thriller’, muchos me encasillan como director de terror, pero la realidad es que yo me dedico más a la comedia. Y ni siquiera eso: yo hago películas que tengan un mensaje, extrañas y bien distintas.
“Ninguna de mis películas se parecen. Si acaso en el bajo presupuesto que tuve para hacerlas y en que, en su momento, nadie confiaba en su potencial. La verdad es que he tenido mucha suerte en esta industria”, reconoce el cineasta, de 66 años.
Lo arriesgado de sus propuestas es lo que ha hecho que Landis no haya filmado ningún largometraje desde 2010, cuando lanzó Burke & Hare, una comedia romántica oscura sobre dos usurpadores de tumbas que venden cadáveres al mejor postor.
“Tuve la suerte de surgir en una época en donde los directores eran respetados y tenían libertad creativa, con ejemplos como John Carpenter o George Romero. Tuve una racha genial de éxitos, pero la verdad es que mis cintas no son una buena apuesta de negocio.
“Si hiciera las mismas películas que hace 30 años ahora, nadie las financiaría y yo estaría sin trabajo y, la verdad, es que no me interesa hacer películas de superhéroes, con grandes presupuestos o efectos por computadora. Me gusta hacer cine artesanal, con mensaje. Y eso es arriesgado”.