852 palabras
México (29 de noviembre).-
Cuba fue el primer país del mundo en responder a la crisis del ébola en el oeste de África, en 2014.
Fidel Castro ya no estaba al mando, pero la Isla seguía así con la histórica línea de cooperación que Fidel construyó entre Cuba y el continente.
La Cuba de Fidel Castro se implicó en 17 revoluciones africanas -entre ellas, el sonado fracaso de Congo que decepcionó al Che y otras que acabaron siendo ideológicamente problemáticas, como la de Etiopía- , pero su gran operación y su gran victoria fue Angola, con efectos en todo África austral.
“Angola es muy rico en recursos naturales. Algunos imperialistas se preguntan por qué ayudamos a los angoleños, que qué intereses tenemos. Nosotros no buscamos ningún interés material. Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista” afirmó entonces Castro.
En Angola, Castro posicionó a Cuba como un país con agenda propia, desmarcándose de la Unión Soviética, y demostró su fortaleza estratégica y militar.
Entró con una operación abierta y de gran envergadura, que no sólo aseguró la independencia de Angola, sino que propició la de Namibia, debilitando además al férreo régimen del Apartheid.
Los 35 mil hombres, soldados y civiles, que Fidel Castro mandó para apoyar al grupo de Agostinho Neto (del MPLA), lograron, primero, que éste consumara la independencia de Portugal, en 1975 y, luego, que, 13 años más tarde, el poderoso Ejército sudafricano se retirara de tierras angoleñas.
Ello le valió otro pulso con Estados Unidos, que apoyaba a las otras rebeliones angoleñas.
El triunfo de la Revolución cubana, en 1959, coincidió con la ebullición en África de los procesos de independencia a principios de los años 60, y muy pronto la concepción de revolución y liberación global de Fidel Castro se tradujo en alianzas con movimientos africanos.
El germen de esa solidaridad nació en Congo, tras el asesinato del Primer Ministro e ícono independentista congoleño Patrice Lumumba, en 1961.
Cuba declaró tres días de luto en su honor y Fidel Castro empezó a planear su apoyo a los movimientos revolucionarios que se estaban levantando contra las potencias coloniales en África.
Aunque la primera intervención cubana se lanzó en Argelia (1963), el doloroso caso del Congo, único en nuestra historia del mundo moderno, se mantuvo como referente, como la muestra de cómo se puede burlar con la más absoluta impunidad, con el cinismo más insolente, el derecho de los pueblos, según palabras del Che Guevara
La desaparición de Lumumba, asesinado bajo la bandera de Naciones Unidas -tanto Bélgica como Estados Unidos reconocerían años más tarde su implicación en el asesinato de Lumumba-, marca el inicio de una compleja y larga relación de Cuba con África.
Eran principios de los años 60, en un mundo dividido en dos bloques y la cruda Guerra Fría extendiéndose en África.
Estados Unidos lee en muchos movimientos nacionalistas africanos una amenaza comunista y la Unión Soviética apoya a algunos movimientos socialistas, pero también a los rechazados de Estados Unidos. Como Fidel. Como Lumumba.
Muchos líderes revolucionarios africanos se inspiran en el ejemplo de Cuba y las relaciones se van tejiendo entre un lado y otro del Atlántico.
Tras una primera gira de dos meses del Che en África explorando y forjando contactos, Fidel decide enviarle a Congo en 1965.
En el centro del continente, Congo se concibe como el epicentro de una lucha que, se espera, se va a extender.
La operación dirigida por un Che disfrazado y encubierto para colaborar con la rebelión de Laurent Desiré Kabila resulta ser la historia de un fracaso, como relata el Che en su diario, pero Cuba no desistirá a pesar del fiasco congoleño.
Sin una estrategia clara aún diseñada y encandilado por el joven líder independentista Amílcar Cabral, de Guinea Bissau, Fidel Castro se vuelve a involucrar, esta vez con la insurgencia guineana contra Portugal y lo hará hasta en 17 países durante casi tres décadas.
Tras 26 años de intervenciones, en 1991, las tropas cubanas se retiraron de África, poniendo fin a la gran epopeya de Cuba en África, como le llamó el enviado de Cuba a África, Jorge Risquet. Pero desde su retirada militar, Cuba ha seguido colaborando con miles de médicos en el continente.
La imagen de la visita de Nelson Mandela a Fidel Castro, en 1991, poco después de salir de 27 años en la cárcel, ha quedado como imagen icónica del agradecimiento a Cuba por su contribución a los movimientos de liberación en diferentes partes de África.