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LEON, Guanajuato, 8 de mayo.- Es poca la ventaja que León sacó de su casa en el duelo de ida por las semifinales ante Toluca. Poca pero ventaja. Suficiente para soñar en otra final pero no para dormirse en sus laureles.
Porque el Diablo es el Diablo.
El gol de Luis Montes hizo que el esfuerzo mostrado por La Fiera valiera la pena y hasta pudo quedarse corto por el dominio que ejerció durante la mayor parte del juego, pero al final sólo sacó un gol de ventaja.
Ahora, el domingo en el Nemesio Diez todo se definirá. Poca pero ventaja al fin. Ventaja que da para soñar pero no para confiarse, porque... El Diablo es el Diablo.
Hay una gran y sencilla premisa dentro del fútbol : toco y me muevo y si hay un equipo que la lleva a cabo al pie de la letra es el León.
Y es que en La Fiera nadie se queda quieto, en cuanto se tiene el balón, comienza una danza de movimientos que casi siempre culmina con una jugada terminada. A eso se le llama : fútbol total.
Y es que en su totalidad León fue dueño de la primera parte. Como siempre se hizo del balón; como siempre lo movió por todos los espacios del campo y como casi siempre culminó en gol.
Montes tocó el balón a la izquierda y se movió, Cárdenas tomó el balón.
Hernández se movió, el lateral mandó el balón al área donde Boselli se llevó la marca para que el Chapito, quien inició la jugada, la culminó con un certero cabezazo.
Fútbol total. Y la mala noticia no llegó sola, pues enseguida Alfredo Talavera se resintió de un balonazo que Boselli le dio en el rostro y pidió su cambio.
Toluca ni los cuernos mostró. No fue un Diablo, fue un zombie durante la primera parte donde prácticamente no apareció.
Pero en el segundo tiempo, los Diablos mostraron la cola. Quizá fue también porque León replegó líneas, pero la realidad es que los choriceros se acordaron de que saben jugar bien al fútbol.
Tocó la puerta el Diablo y Matosas supo que tenía que mover algo. El Gullit otra vez fue el sacrificado, y otra vez fue abucheado a su salida del campo. El movimiento hizo que León recuperara el dominio del juego, mientras que Cardozo no volteaba a su banca donde Brizuela y Sinha se cansaron de calentar.
Chícharo Lozano le sacó una pelota del ángulo a Rafa Márquez y sólo así Cardozo decidió ingresar al Conejito.
Así y sólo así Toluca pudo ocasionar peligro, así y sólo así Yarbrough entró en acción.
Mas no fue suficiente. León se va con una leve ventaja a la vuelta en el Nemesio Diez, suficiente para soñar con otra final, pero no para dormirse en sus laureles. Porque el Diablo, es el Diablo. (El Universal)