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MEXICO, D.F., 24 de junio.- Por 17 meses, la Procuraduría General de la República (PGR) redefinió y estableció nuevas reglas en la cooperación con Estados Unidos en la lucha contra la delincuencia y, en su interior ha dado pasos concretos en su reestructuración hacia una Fiscalía General, en el marco de la implementación de un nuevo sistema de justicia penal, en un proceso no exento de obstáculos que incluye romper inercias de años y combate a la corrupción.
Mariana Benítez Tiburcio, la Subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales, una de las artífices de este proyecto que busca imprimir una nueva faz a la institución, como columna vertebral de una era distinta de la procuración de justicia, habla del reto.
Su juventud no riñe con la experiencia. Antes de su designación trabajó seis años en el Congreso, en la generación de acuerdos y la toma de decisiones con las diversas fuerzas políticas del país; nueve años ha sido colaboradora de Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, a quien no duda en reconocer como su maestro. Su trabajo hoy se traduce en el consenso que permitió aprobar el Código Nacional de Procedimientos Penales o el plan nacional de capacitación de los operadores del sistema de justicia penal.
-- Se habla de que es la mano derecha del Procurador, y la mano dura también.
-- Sí, lo he escuchado, pero me considero una persona más que dura, firme; con la primera con la que soy exigente es conmigo misma, la verdad le exijo a mi equipo, pero no me considero una persona injusta.
“Cuando uno empieza a rodearse sólo de personas que le dicen que sí a todo lo que uno opina o dice se empiezan a cometer errores. Siempre he creído que mi pasión es el servicio público, pero que cualquier puesto o posición de poder es temporal, y hay que aprovechar al máximo para hacer las cosas bien, porque el trabajo es lo que habla por uno, lo que sostiene”, dice.
Una de sus tareas es establecer la relación con otros países para la cooperación en el combate a la delincuencia trasnacional y crear alianzas.
-- ¿Cómo ha sido la relación con Estados Unidos?
-- La relación se ha ido redefiniendo, a partir de poner en la mesa prioridades de ambos países, y formas de trabajar; yo creo que era cuestión de tiempo, de ser claros y de decir: ‘nosotros queremos colaborar, reconocemos que nos conviene más si sumamos esfuerzos’; sin embargo, ha habido algunos momentos en donde quizá no se ha logrado el mejor entendimiento.
Benítez Tiburcio señala que “hasta ahora en mi área existe una buena interlocución con el Departamento de Justicia, ICE, el FBI y la DEA, hemos construido una nueva relación con todas estas agencias”.
Refiere que, por ejemplo, “en materia de lavado de dinero, hemos tenido una estrecha colaboración con el Departamento de Justicia y otras autoridades; hemos visto que las reuniones son en otro tono, son en un ánimo de cómo ellos pueden apoyarnos o cómo podemos aportar información”.
En su interior, en la Procuraduría los desafíos no son menores, reconoce la funcionaria, para quien ser mujer no ha sido impedimento para realizar su labor: “Nunca me he sentido víctima de machismo, y he tratado de no creerme esa etiqueta de mujer en cualquier espacio, no está en mi mente ni en mis temores cuando voy a una reunión y sí soy muchas veces la única mujer”.
Reconoce que “yo creo que la herramienta que he tenido a mi favor es que tuve un muy buen maestro, que es el Procurador (de la República), para generar consensos y para buscar alternativas, y siempre ver el lado de cómo sí pueden salir las cosas y se puede construir algo, porque mi trabajo además de ser estrictamente jurídico, también tiene mucho componente de construcción de acuerdos y alianzas”.
Uno de los logros más tangibles, señala, es la reconfiguración de la Agencia de Investigación Criminal, que se integra con tres grandes áreas dispersas antes: el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, la Policía Federal Ministerial y Servicios Periciales, que ahora tienen una sola cabeza que coordina sus labores.
Sonriente, Mariana Benítez habla de la ilusión del pequeño que espera, de su embarazo.
“Viene un siguiente reto, que quiero enfrentar con toda la tranquilidad y madurez, porque yo sí creo que las mujeres, y más en posiciones de liderazgo, en posiciones de alta dirección, tienen que tener la oportunidad de poder conjugar ambas cosas (…) trataré de hacer un experimento con mi propia circunstancia y creo que sí podré lograrlo”, pues está decidida a ser madre y seguir con el trabajo que le apasiona, pues sabe que aún lejos de este cargo, su proyecto profesional es participar en la toma de decisiones, permanecer en el servicio público, seguir trabajando para México. (El Universal)