168 palabras
Morelia (11 de agosto).- La actitud prepotente por la que Rodrigo Vallejo Mora era reconocido entre empresarios, políticos y funcionarios en Michoacán, su tono de voz que ordenaba y exigía, y los excesos que acostumbraba a presumir, desaparecieron por completo apenas puso un pie en el penal de Santaguito, en el Estado de México, publica este lunes el portal de La Razón.
Con la barba descuidada, el cabello desaliñado y sin los lentes que solía usar, el hijo del ex gobernador de Michoacán fue fichado por el personal del Sistema Penitenciario estatal.
Como al resto de los reos que llegan a esta cárcel mexiquense, los celadores lo pararon a un paso de la regleta de medición para fotografiarlo. Lo colocaron de frente y de perfil.- (Notimex)