682 palabras
Mérida, Yucatán, 18 de octubre de 2014.- El romanticismo clásico desbordó el escenario del centenario teatro “José Peón Contreras” con la función de gala del ballet Giselle, interpretado por la Compañía Nacional de Danza y acompañado por la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY).
Durante la jornada inaugural del Festival Internacional de la Cultura Maya 2014 (FICMaya), casi mil personas presenciaron en este histórico edificio las extraordinarias ejecuciones de las primeras bailarinas Mayuko Nihei en el papel de Giselle y Bárbara Treviño como Mirtha, la reina de las Wilis, al igual que la interpretación de Erick Rodríguez en el rol de Albrecht.
Con el recinto abarrotado, en punto de las 21:00 horas sonaron los primeros acordes de esta obra, considerada pieza maestra en dos actos del romanticismo del siglo XIX, en la que se reflejan los ideales de dicha corriente, caracterizada por parajes sombríos e historias colmadas de tragedia.
Bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, la OSY ofreció una sentida ejecución de las partituras originales de Adolphe Adam, mientras que la Compañía Nacional de Danza, dirigida por Laura Morelos, refrendó su prestigio con esta coreografía que arrancó numerosos aplausos del público.
Estrenada en 1841 en la Ópera de París, Giselle adentra a los espectadores modernos a la terrible historia de amor entre la protagonista y el noble Albrecht, quien recurre a una estratagema para ocultar su verdadera identidad, pero al ser descubierto por las intrigas del guardabosques Hilarión, la joven cae en desgracia y muere.
El segundo acto de la obra, quizá el más emblemático, transcurre en un ambiente de penumbra que contrasta con la presencia en escena de las míticas Wilis, personajes que aparecen entre la tumba de Giselle con sus trajes de novia, coronadas de flores, de una belleza irresistible cuando bailan con una pasión desenfrenada.
Es en esta segunda parte donde quedan representados los máximos ideales del romanticismo decimonónico, cuando las Wilis descubren a Hilarión que torturado por el remordimiento se presenta ante el sepulcro de Giselle; sin embargo, a la orden de Mirtha, su implacable reina, lo rodean y arrojan al lago para cumplir su venganza obligando a los hombres a bailar hasta que mueran.
Desconsolado por su incapacidad de olvidar a su amada, el duque Albrecht también se dirige al cementerio donde le espera el mismo destino que a Hilarión. Ahí, la reina ordena a Giselle, ahora convertida en Wili, que bailen, sin embargo, ella alterna su danza para evitar que muera de agotamiento.
Con los primeros rayos del sol, desaparecen los pálidos espectros de las Wilis, y se desvanece la etérea figura de Giselle, quien deja a Albrecht con una pena eterna y el sueño de amor perdido, como un sentimiento más poderoso que la muerte.
La calidad interpretativa de la Compañía Nacional de Danza, con excelentes trazos y figuras de sus bailarines en escena, así como la exquisita ejecución de la OSY, consiguieron atrapar la atención del público que se dio cita para apreciar uno de los espectáculos más esperados dentro de la edición 2014 del FICMaya.
Y es que los artistas y músicos que conjugaron su talento en este evento no quedaron a deber al público yucateco y se entregaron en el escenario para hacer de esta velada algo inolvidable, lo cual fue reconocido por el respetable con una ovación de pie.
Cabe recordar que ante la expectación generada por Giselle, se anunció la apertura de una tercera función este sábado a las 18:30 horas con entrada libre, toda vez que las programadas para el pasado viernes y hoy a las 21:00 horas registran localidades agotadas.