El Ayuntamiento difunde técnica agrícola que se puede aplicar en espacios reducidos
Elena Martin934 palabras
Las protestas no son ni suficientes ni la respuesta adecuada para este tipo de acción totalmente incivilizada como la que resultó de la acción de los gendarmes armados en algún lugar del estado de Washington —realmente, las notas en torno al tema han sido todas muy mal cuidadas con repecto a la calidad de información. ¿En dónde sucedió realmente? En “Washington” dicen algunas notas; pero, ¿el estado? ¿el D.C.? Eso no ha sido expresado con claridad por medio alguno. ¿Se trata de una manera de esconder información?
Es inimaginable que los policías involucrados en este tipo de acción puedan algún día regresar a las calles a “cuidar” de la ciudad: han demostrado ser, esos policías, los elementos de los cuales la gente debe andar cuidándose.
¿Por qué lo hiciero? ¿Qué fue lo que los hizo explotar en forma de grupo, en masa, corretear a un hombre desarmado —van a decir que arrojaba piedras— tirándole balazos hasta matarlo? ¿Qué fue?
Ver los videos es una experiencia poco atractiva. No creo que haya una sola persona a la que le parezca que lo que se ve en estos videos sea algo representativo de una sociedad civilizada. El público decente debe estar ahora esperando entrevistas con estos gendarmes para que expliquen —si es que son capaces de hacerlo— por qué actuaron como lo hicieron.
Es obvio que todos ellos saben que así no es como deben hacer las cosas. Lo que hicieron es totalmente ilegal. El portar armas —con el permiso y sus grados de academia de policía— no los faculta en forma alguna a ejercer ese tipo de violencia en contra de un humano sin armas. No uso la palabra ciudadano porque es un título que solo les pertenece a los que tienen ciertos derechos en el país en el que se encuentran.
Por allí quizás deberíamos empezar: hacer una transformación radical del mundo y de la forma en que los humanos nos relacionamos entre nosotros, hasta acabar con el concepto de fronteras, de tal manera que todos los humanos sean ciudadanos del mundo y no solo de alguna nación.
Los derechos humanos son básicos y son de todos los que tienen la particularidad de pertenecer a nuestra especie. Ya ha sido clasificada como Homo sapiens sapiens y se han definido con toda claridad los derechos Universales —a diferencia de los particulares— que deben ser respetados en cualquier sitio del planeta.
Hoy ese hombre está muerto pero, gracias a su muerto, podemos los que aún quedamos vivos, analizar lo que su muerte significa. Es imposible ver su muerte como un caso aislado de brutalidad policíaca. Durante los últimos 30 días se han publicado en todos los medios del mundo por lo menos 5 incidentes semejantes, en los que los armados disparan contro personas sin armas.
El que un humano se niegue a obedecer, ¿lo hace de inmediato deudor de su vida? Obvio, ¡no! Si alguien se niega a obedecer y no está armado, es responsabilidad de los gendarmes el respetarlo y solo someterlo por medios que no dañen la integridad física del individuo. Si eso no es posible, entonces ese es el tipo de dispositivo con el que deben contar y si no se han diseñado es porque no se han demandado; es hora de que eso sea lo que esas fuerzas “del orden” soliciten, y no solamente compren armas de fuego para matar.
De hecho, ni un solo disparo debió haberse hecho sobre un individuo cuya acción “ilegal” comprenda actividad sin armas. Si se lanzó a correr, los policías debieron haberlo correteado hasta someterlo con cuidado. Sí, lo sentimos, pero, los que respetamos los derechos humanos, es lo único que podemos sugerir.
Si trabajas en una institución que debe velar por los intereses de la comunidad, debes entender que cualquier humano que circula en esa comunidad, es alguien por cuyos intereses debes velar también.
Tu arma e insignia de “Policía” no te da derecho a disparar sobre desarmados. Y menos en pandilla* —como se produjo el ataque de los gendarmes. Todos, en grupo, atacaron, disparando, al individuo que corría despavorido por las calles del centro de la ciudad. Además, estos gendarmes armados disparando, no midieron el peligro de sus disparos; era muy factible que algunas de esas balas acabaran hiriendo a personas que no tendrían nada qué ver con una rencilla que jamás debió haber existido.
También es justo analizar que los que “trabajan” como gendarmes, están sujetos a sufrir de frustraciones por sus condiciones de vida de todos los días —que no son diferentes de las del resto de los humanos. En ese caso, cabe más que nunca analizar, nuevamente —hasta quedar totalmente convencidos— que las cosas solo cambiarán para todos cuando renovemos totalmente el sistema.
Las reformas, ahora es obvio, no han resuelto el problema. Proceden las transforamciones radicales, cambios absolutos, desplazamiento hacia otros paradigmas. Aún hay un poco de tiempo antes de que las cosas se pongan tan feas que ya no sea posible usar el lenguaje hablado para comunicarnos.