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Tijuana (26 de junio).- En el sillón de las Lechtchenko, quedó la ropa regada de Yuliya y un oso de peluche de Valeria. A un costado, en un librero, hay una Matrushka, otra muñeca de Valeria y una fotografía de Yuliya y su ex esposo, Igor, tomados de la mano y con trajes ajustados, de aquellos años en que eran acróbatas.
La casa huele a humedad a pesar de que quedó abierta una ventana y el foco encendido en una de las dos habitaciones. En la barra que divide la sala de la cocina, y donde presuntamente Anastasia las desmembró, quedó un jarrón con flores secas.
Don Arturo, quien arrenda un local frente a la vivienda, dice que nadie volverá a rentarla: “¿Quién va a querer vivir en ese lugar?”.
La noche de este jueves, el Tribunal de Justicia de Baja California dictó auto de formal prisión contra Anastasia Lechtchenko, por el homicidio de su madre Yuliya y hermana Valeria, de 12 años y con discapacidad múltiple; según su confesión, las mató porque eran “brujas” y la estaban hechizando.
A las seis de la tarde, la defensa de la joven abandonó el penal a toda prisa. Gabriel Celestino, su abogado, aseguró, minutos antes del anuncio del Tribunal, que su clienta saldría en libertad. Sin embargo, al enterarse, dijo que había olvidado su cédula profesional. Y no regresó.
Según el código penal para el estado, el que dolosamente prive de la vida a cualquier ascendiente, o descendiente consanguíneo, en línea directa, se le impondrá una pena de 20 a 50 años de prisión.
La joven tiene 19 años, es originaria de San Luis Potosí y concluyó el quinto semestre de la preparatoria. Su padre Igor Lechtchenko comentó que Anastasia había escapado varias veces de su casa, la habían ingresado en un centro de rehabilitación y fue reportada como desaparecida.
Según la declaración ministerial de sus amigas, Anastasia les contó que había asesinado a su madre y hermana y que mataría a su padre y cuando lo lograra, se suicidaría.
Sin embargo, la policía la detuvo antes de hacerlo. Ella sostuvo, hasta este jueves, que no cometió el asesinato y que fue torturada para testificar.
“No queríamos decir esto, pero el juez quinto de lo penal giró instrucciones al director de Averiguaciones Previas para que se le integre una denuncia penal por el delito de tortura, abuso de autoridad, sexual y lo que resulte en contra de la Policía Ministerial, los cuales cumplimentaron una orden de investigación”, sostuvo la defensa hasta el final.
Sin embargo, el juzgado quinto penal determinó que existían pruebas suficientes para iniciar formalmente el proceso en su contra.- (Agencias)