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Mérida, Yuc., México, 24 de enero de 2017.- Politiquería costosa: será consecuencia de acciones demagógicas sin visión numérica cuidadosa. Trump cree que cerrando fronteras y colocando altar tarifas de impuestos artificiales a armadoras de carros, provocará algo bueno a su país. Trump se equivoca y todo número serio así indica.
Se trata de 14,000 empleos —más o menos— que serían salvados por acciones de Trump. Pero hacer tal cosa pone en peligro relaciones comerciales con México, país que compra de EE.UU. producto suficiente para generar, dentro de ese país, más de 14 millones de empleos. Salvar 14,000 poniendo en peligro 14,000,000 es acción que evidentemente no conviene a EE.UU.
Pero ahora conocemos por qué Trump y su administración pueden jugar con acciones: siempre podrán recurrir a explicaciones basadas en haber contado con datos alternos.
Para esa administración, todo parece indicar que ven este universo en forma alterenativa a como es visto por quienes actúan de acuerdo a eso llamado Método Científico. En este método no hay datos alternativos: hay datos, a secas; y deben ser datos vistos por todos, capaces de ser medidos obteniendo resultados idénticos por instrumentos aceptados sin reparos.
Su primera acción fue matar lo que se ha llamado en siglas TPP. Ya está muerto. EE.UU. se retira de todo aquello relacionado con TPP, a pesar de que socios comerciales asiáticos advirtieron en muchas formas, en muchas ocasiones, que tal tratado era requerido para contrarrestar avances muy efectivos de China.
Peña Nieto ha declarado que México no puede permitir condiciones que no le sean de beneficio en cualquier cambio con NAFTA. Fue un tratado delicado y que, ciertamente, hizo posible disminuir flujo ilegal de mexicanos a EE.UU. en busca de empleo. Todo indica que NAFTA ha sido lo más eficiente para contener migraciones ilegales, mucho más que cualquier tipo de muro físico.
Tratados como NAFTA tienden a equilibrar producción y precios; siempre son de beneficio a consumidores. Proteger empleos mediante impuestos de importación, solo eleva en forma artificial precios, dañando a consumidores. Eso, que parece ser argumento elemental, parece no ser comprendido por Trump y sus periféricos. Si ellos comprenden esto, ¿por qué no detienen ese ímpetu demagógico, que acabará dañando a más consumidores en EE.UU. que empleos creará?
Trump, como presidente de EE.UU., costará mucho a todo humano actual. Bajarán condiciones de vida para grandes mayorías, tratando de salvar empleos ineficientes, costosos, improductivos y que deberán pronto ser sustituídos por robots. Son empleos sin futuro racional.
Pero si queremos atacar problemas reales, debemos olvidar unos cuantos empleos o preocuparnos por robots haciendo trabajos humanos. En vez, debemos concentrarnos en diseñar sistemas sociales capaces de generar calidad de vida sin irracionalidades, como esa situación representada por sociedades que, nadando en abundancia, no saben cómo hacer que todos se beneficien.
Trump y esa tendencia demagógica que estaría con él, representan retroceso humano. Trump tiene bajo su mando potentes armas de destrucción masiva y gran poderío militar, con tecnología altamente avanzada. Ese tipo de poder ciega cualquier intento de razonar con quienes, además, creen en hechos alternativos.
Pasar de lamentos a acciones es obligatorio para humanos que no desean pasar su vida arrepentidos de no haber actuado cuando aún era más factible detener catástrofes.
No queda mucho tiempo, pero si actuamos, todos en conjunto, podremos detener en alguna forma ese retroceso que Trump y periféricos han comenzado.