589 palabras
México (20 de diciembre).-
Si quiere mantener el cerebro en forma, es momento de apagar la TV y acercarse más a la lectura.
Y es que sentarse frente al televisor por mucho tiempo afecta funciones cerebrales relacionadas con la memoria y la capacidad de concentrarse al realizar una tarea en un ambiente de distracciones, explica Rebeca Pascacio, doctora en psiquiatría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
En el caso de los niños, explica, la situación es aun más delicada: estar expuesto a la televisión más de dos horas diarias implica cambios en el cerebro que afectan su aprendizaje.
En contraste, la lectura es una de las actividades que más pone a trabajar al cerebro y contribuye a que éste se renueve constantemente, afirma la especialista.
A la larga, el beneficio de elegir acciones que impliquen mayor actividad neuronal, apunta, es que puede disminuir el riesgo de padecer demencias.
Considere que, a partir de los 20 años comienza la pérdida de neuronas. De acuerdo con datos de la UNAM, se estima que a los 75 años se tendrá 10 por ciento menos.
Por ello es necesario realizar actividades que permitan mantener en forma a las neuronas restantes.
Por ejemplo, observar televisión por mucho tiempo afecta una conexión llamada frontoparietal que está relacionada con la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas. Esto puede disminuir la capacidad de concentrarse al realizar una tarea en un ambiente con distracciones, asegura.
“Si tú estás escribiendo en la computadora y escuchas música, tu cerebro es capaz de ponerle más atención a lo que estás leyendo, aunque haya interferencia, pero la televisión puede disminuir esa capacidad”.
Eso sucede, aclara, no por la televisión en sí misma, sino por los contenidos que suelen observarse, donde la información que se presenta ya está completamente elaborada.
“La televisión ha venido a reemplazar las figuras con las cuales antes aprendíamos a simbolizar, entonces vienen problemas de lenguaje, emoción, cognición.
Aunque la televisión logre activar una región amplia del cerebro, esto no quiere decir que haya un mayor funcionamiento porque es como si nada más ocuparas una parte y no se conectara con la otra”.
En cambio, la lectura es una de las actividades que más pone a trabajar al cerebro porque para reconocer cada palabra o frase se involucran todos los sentidos y trabajan diferentes tipos de memoria que permiten decodificar conjuntos de letras.
Además, la capacidad de recordar las historias que se leen ayuda a que el cerebro se renueve constantemente. Con cada recuerdo se forma una nueva conexión neuronal.
Ariadna Montiel, quien investiga procesos de neuroestética en el Tecnológico de Monterrey, explica que el estrés daña a las proteínas que protegen a las neuronas.
Con el tiempo, ante un estrés prolongado, pueden aparecer enfermedades mentales. La única forma de regular los químicos cerebrales implicados en este proceso, afirma, es hacer actividad física.
Indican que retar al cerebro ayuda a mantenerlo vital, por lo que actividades sencillas como lavarse los dientes con la mano contraria, armas rompecabezas o ejercicios matemáticos y leer permiten mantenerlo en forma.