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*México (25 de mayo).-
La mente le juega un truco a Tereza Campello.
“El área que yo coordino”, dice en su conferencia en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Pero de inmediato se corrige: “Que yo coordinaba…”.
Apenas van 13 días desde que Campello fue relevada de su cargo como Ministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre que ocupó desde 2011 en el Gobierno brasileño de Dilma Rousseff.
La Mandataria fue separada de su cargo para enfrentar un juicio político que podría apartarla de la presidencia definitivamente.
Para Campello, la noticia también fue personal.
“El principal sentimiento que tengo es coraje, enojo”, reconoce la ex Ministra en entrevista con REFORMA.
¿Por qué? Primero, porque la Presidenta (Rousseff) es una mujer honesta, no cometió ningún crimen. Es una injusticia. Y fue reemplazada por un Gobierno de hombres comprobadamente corruptos.
En segundo lugar, porque es un Gobierno provisional (el de Michel Temer), y no puedes estar como Gobierno provisional destruyendo todo lo que habíamos hecho (los Gobiernos del Partido de los Trabajadores, desde 2003).
¿Qué opina de los recortes anunciados por el Gobierno de Temer? Dicen que la crisis en Brasil es una crisis porque se gastaba mucho en lo social. No es verdad. El gasto social en Brasil es un gasto pequeño.
El mundo completo está en crisis. México también enfrenta una crisis financiera importante, España, Grecia, Italia… La crisis en Brasil no es porque se gastó mucho en lo social, al contrario: el gasto social permite que Brasil tenga una pequeña dinámica económica.
Ahora, asumió un Gobierno sin votos para hacer sus reformas. Cuando ganó Dilma, el pueblo brasileño no quería un Gobierno como el de Temer: quería uno más a la izquierda, que gastase más en lo social.
En muy poco tiempo, este Gobierno ya mostró lo que es: conservador, contrario a los derechos sociales, contrario a los trabajadores. La población ya se está dando cuenta de eso.
¿Nota un cambio reciente en la opinión pública brasileña? Ahora está más claro para todos lo que realmente está aconteciendo. (En Brasil) había manifestaciones de los dos lados: muchos en contra de la Presidenta y muchos a favor. Ahora, los contra-Presidenta desaparecieron.
¿Por qué? Porque está claro que la clase media no quiere a ese Gobierno corrupto.
¿Dónde quedaron esos millones de brasileños? Quietos. Con vergüenza. Pensaban que era una fiesta: “¡Vamos a tirar a Dilma!”, un gran movimiento democrático, que se manifestaba contra un Gobierno que no les gustaba.
Pero después se dieron cuenta de que el proceso no era el que ellos querían. Ahora se ha instalado un Gobierno conservador, homofóbico, contrario a las mujeres, que en su primer acto oficial destruyó Ministerios, acabó con las jubilaciones, colocó los derechos humanos bajo responsabilidad de la Policía…
¿En algún momento pensó que el proceso contra Rousseff era imparable? Fue una sorpresa. Yo pensé que iba a ser un “cabeza a cabeza” y la diferencia fue muy grande. Yo estuve sorprendida. (Pero) el sentimiento de injusticia es común en todos los Ministros y en la Presidenta.
¿Cuál es esa injusticia? Que la Presidenta no cometió ningún crimen. Aquí en México mucha gente cree que la Presidenta está involucrada en Lava Jato (la investigación por corrupción en Petrobras) y no es así.
¿Cómo resumiría entonces lo que pasó? La prensa y una mayoría en el Congreso se juntaron y resolvieron tirar a una Presidenta. Eso puede pasar en cualquier país de América Latina, que también son democracias recientes. La brasileña demostró ser una democracia débil.
¿Qué opina de que países como Argentina o México no hayan condenado la destitución temporal de Rousseff? En general, a los países no les gusta opinar de la política interna de otros países. A menos que sean medidas explícitas de violencia, (pero) como este tipo de golpe fue un golpe sin armas, sin militares, sin tanques…
Si se viera a militares en las calles sacando a la Presidenta, todo mundo diría: “Eso es un golpe”. Como este fue con un decreto, legislación interna, votos, además de las dificultades de entenderlo…
Pero a todo mundo le quedó claro cuando los diputados empezaron a votar por su familia, por su perro, y después, cuando se vio la foto del Gobierno: un Gobierno de hombres blancos, corrupto, que tiró a una Presidenta honesta.
¿Ha quedado el huérfano el pueblo brasileño? Yo creo que una parte de Brasil comienza a entender por qué sacaron a la Presidenta: para que algunos tomaran el poder y se protegieran de las investigaciones (de corrupción) y para interrumpir un proceso de inclusión y de derechos sociales.
¿Qué opina del audio del Ministro Romero Jucá difundido el lunes (en el que se discutía la posibilidad de apartar a Rousseff del cargo y evitar la investigación por corrupción en Petrobras)? Las personas decían que el proceso contra la Presidenta no era un golpe. Ahora, hablar del golpe después del audio es más fácil.
¿Qué espera que pase en el futuro próximo? Primero, que se recoloque el Estado de Derecho. En Brasil la democracia fue interrumpida.
Faltan pocos votos para que se revierta el proceso; sólo seis para evitar que la Presidenta sea destituida. Tengo esperanza.