592 palabras
*México (24 de mayo).-
Anteayer, jueves 18 de mayo, en un foro con los candidatos a presidente municipal de Cancún —al que, por cierto, no asistió el del PRI y sus satélites— tuve oportunidad de preguntar a uno de ellos, Gregorio Sánchez, alias Greg, qué haría, en caso de llegar a ese puesto, respecto al llamado Ombligo Verde de Cancún —una de las pocas áreas verdes que le quedan a la ciudad— y con los terrenos de propiedad municipal del malecón Tajamar en la misma ciudad.
Como antecedentes, señalé que cuando Greg fue presidente municipal de Cancún en el período 2008-10, mandó arrasar la vegetación del Ombligo con intenciones de construir un estacionamiento subterráneo, una gran plaza, un nuevo palacio municipal y una nueva catedral. Y los 54 mil metros cuadrados del ayuntamiento en Tajamar los cambió del dominio público al dominio privado, con el propósito de venderlos para uso comercial. Ambos planes —el de la plaza y la venta de los terrenos— pudieron ser frenados por la oposición popular y los juicios que exitosamente interpuso la asociación civil Ombligo Verde.
Tras mi pregunta, Greg perdió los estribos, me tildó de mentiroso, dijo que para asegurar algo hay que tener los pelos de la burra en la mano, y afirmó que el Ombligo Verde no fue devastado durante su gobierno sino que ya lo estaba porque era “una sascabera de donde se sacó material para construir el Boulevard Kukulcán”, que además estaba invadido, que su administración lo rescató, que su intención era construir un gran parque ecológico de 60 mil metros cuadrados y que lo único que había hecho fue “meter maquinaria para construir un estacionamiento subterráneo” en una vieja sascabera. Todo ello entre gritos y abucheos de muchos asistentes, que conocían bien la historia del Ombligo Verde y sabían que todo eso era falso. Durante su perorata, por lo demás, eludió hablar de los terrenos de Tajamar, pese a que mucha gente se lo pedía a gritos.
Pues bien, pelos de burra para probar lo que dije, no los tengo en la mano. Pero fotos del Ombligo Verde sí las tengo en mi archivo. Son las que ilustran este artículo. En una de ellas, tomada antes de que se iniciaran las obras de la proyectada plaza, puede verse claramente que en ese lugar no había las sascaberas de las que habló Greg, ni el terreno estaba devastado sino cubierto por una tupida arboleda, pese a que había sido objeto de explotación forestal clandestina. En la otra foto se ve cómo quedó el Ombligo al comenzar las obras de la plaza. Y eso era sólo el principio, pues para construir la nueva catedral, habría que arrasar también una gran superficie en el otro extremo del predio.
Estos son, pues, los hechos respecto al Ombligo Verde. Me hubiera gustado que Gregorio Sánchez —quien ahora pretende nuevamente gobernar Cancún— intentara justificar la venta de los terrenos del malecón Tajamar, el único sitio en que tienen vista a la laguna Nichupté los habitantes de esta ciudad saturada de centros comerciales pero que cuenta apenas con la tercera o cuarta parte de la superficie de áreas verdes por habitante que considera óptima la Organización Mundial de la Salud. Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx