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México (22 de mayo).-
En la investigación de la PGR, se han recabado nuevas evidencias documentales que establecen que al menos hubo un mando que buscó cambiar de celda a Joaquín “El Chapo” Guzmán, antes de su fuga, sin que se actuara en consecuencia.
De acuerdo con un oficio fechado el 24 de octubre de 2014, Juan Ignacio Hernández Mora, en ese momento comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), planteó la reubicación del capo a Monte Alejandro a Rubido, entonces Comisionado Nacional de Seguridad.
Hernández Mora indicó a su superior jerárquico que, por diversos motivos de seguridad, “El Chapo” debían transferirlo de la celda 20 del área de Tratamientos Especiales, de donde finalmente se escapó a la estancia 2, pasillo 5, del Centro de Observación y Clasificación (COC).
Observaba varias ventajas en el cambio, como las exclusas para llegar a la nueva celda, el aislamiento de las áreas de actividades y la nula posibilidad de salir de su pasillo para algunos trámites.
“Al interior del pasillo y fuera de las estancias, se encuentra un área de aproximadamente 2 por 3 metros que se habilitaría con una mesa y silla para que el interno reciba sus actividades técnicas, sin que sea necesario que salga del pasillo ni se abra la puerta”, señaló Hernández Mora.
Además, agregó otras dos ventajas que no tenía el área de Tratamientos Especiales.
“El pasillo cuenta con área de patio exclusiva y que no compartiría con nadie. El servicio médico se encuentra ubicado en dicha área, por lo que cualquier requerimiento de atención a su salud sería cubierta en forma inmediata”.
Cuando Hernández Mora acudió a declarar a la SEIDO, el 19 de agosto, refirió haber planteado esta propuesta a Rubido y que éste “consensó” la decisión de no cambiar de celda al presunto narcotraficante.
De hecho, dice que la propuesta no sólo era suya, sino también de Celina Oseguera, la coordinadora de penales federales hoy presa.
El oficio de octubre de 2014 parece confirmar su dicho.
Nueve meses después, Guzmán Loera escapó por un túnel que desembocaba en la celda número 20.