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Sudáfrica, 17 de diciembre.- Los hechos se remontan a 2003 cuando un grupo, en el que se encontraba Thamsanqa Jantjie sorprendió a dos ladrones robando una televisión, a los que les ató una llanta al cuello y les prendió fuego provocándoles la muerte. El método era uno de los utilizados durante la lucha contra el apartheid para castigar a los considerados colaboracionistas con el régimen supremacista blanco.
El falso intérprete de lengua de signos en el funeral de Nelson Mandela no llegó a ser ni procesado porque el juez declaró que la esquizofrenia que sufre le exime de toda responsabilidad penal.
Un primo y tres amigos del intérprete explicaron que Jantjie, de 34 años, se libró del juicio tres años después del asesinato pero que, en cambio, fue recluido en una institución mental durante 18 meses y que al ser dado de alto volvió a su gueto en las afueras de Soweto.
El propio intérprete, que se encuentra en paradero desconocido y no responde a las llamadas telefónicas, había admitido en el sudafricano Sunday Times que había participado en un delito “comunitario”, común en Sudáfrica en que la turba se toma la justicia por su mano.- (Agencias)