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México (18 de diciembre).- Un reporte especial sobre las actividades de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadunidense recomendó el fin de la supervisión sobre sus ciudadanos y un procedimiento más estricto antes de espiar a líderes de otros países.
Las propuestas son consideradas como las principales de 46 recomendaciones incluidas en el documento divulgado ayer por la Casa Blanca, antes de lo previsto según la declaración oficial.
El texto incluye también recomendaciones para que la NSA, la mayor agencia de espionaje estadunidense, sea encabezada por un civil sujeto a un proceso de confirmación del Senado y no por un militar, como ha ocurrido hasta ahora.
Igualmente, se propone que la NSA sea designada como una organización para espionaje en el exterior, y que “misiones sobre la recolección de información deben ser reasignadas a cualquier otro lado”.
El informe fue entregado la semana pasada por un panel de consejeros presidenciales y entre sus conclusiones destaca que el Congreso debe terminar con el sistema de almacenamiento de información sobre llamadas y mensajes de los estadunidenses.
A cambio, esos datos acumulados quedarán en manos de las empresas particulares, “que los suministrarán al gobierno cuando sea requerido por propósitos de seguridad nacional”.
De hecho, en otra parte del documento se subrayó que “como regla general y sin una revisión política de alto nivel, el gobierno no debe ser permitido de recolectar y almacenar información individual en masa, sin digerir y no-pública”.
Las sugerencias incluyen propuestas que se supone harían mas difícil el “filtrar” documentos al reducir el número de personas con autorización de seguridad.
Al mismo tiempo, las recomendaciones tratarían de hacer más transparentes los programas de la NSA, al grado que algunas de ellas parecen obviedades, como la de que el gobierno “utilice el mejor equipo disponible para ciber-seguridad, programas, y protecciones de procedimiento contra las amenazas internas y externas”.
Uno de los autores del reporte, identificado como Geoffrey Stone, ex decano de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago, aseguró al National Daily —una publicación política— que “sorprendentemente, hemos sido unánimes y entusiastas en cada una de las 46 recomendaciones”.
Para Stone, “el que hubiéramos sido capaces de hablar de estos temas complicados, duros, de una manera que todos felizmente aprobamos, es una especie de maravilla”.
Otros miembros del grupo fueron el ex consejero especial antiterrorismo Richard Clarke; Cass Sunstein, que trabajaba en la Oficina de Administración y Presupuesto durante el primer gobierno de Barack Obama; Peter Swire, del Georgia Institute of Technology, y Michael Morell, ex director adjunto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El grupo de trabajo ha sido objeto de críticas por sus estrechos vínculos con la oficina del actual director de inteligencia nacional, James Clapper.
El presidente Obama se reunió ayer con los miembros del grupo, mientras “la imagen pública de la NSA continúa cediendo bajo el peso de una revelación tras otra, y de la creciente indignación de gente que está harta de todas ellas”, apuntó el influyente semanario National Journal.
La divulgación del reporte siguió al encuentro que el propio Obama sostuvo el martes con los principales jefes de las ocho mayores empresas de servicios de internet del país, incluso Google, Yahoo y Facebook y durante el cual los empresarios se quejaron de sufrir una pérdida de clientes a raíz del escándalo de la NSA.
De acuerdo con los cálculos del grupo, perderán tanto como 35 mil millones de dólares en ingresos hasta 2016 debido a las dudas sobre su seguridad.
Las organizaciones de internet fueron parte de los blancos del espionaje de la NSA, según las revelaciones de documentos sustraídos por el ex técnico informático Edward Snowden, que a mediados de año comenzó a filtrar la información contenida en esos textos como protesta por el monitoreo indiscriminado.