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¿Ha escuchado usted alguna vez el nombre de Martha Góngora?¿No? Tampoco lo habían escuchado, en su vida, los pobladores del XII Distrito Electoral, el que corresponde al "sur profundo" de Yucatán, en donde Martha Góngora es candidata del PRI.
¿Quiénes y con qué argumentos hicieron candidata, en un distrito tan complicado, a esta pobre mujer? Directora del Diario Oficial, doña Martha es una persona muy cercana a los afectos de Sergio Cuevas, el Consejero Jurídico del Gobierno del Estado. La Ñora del Justam, urgida que estaba de incluir algunas mujeres como candidatas del PRI (mujeres que, a la vez, no le fueran a hacer sombra ni en belleza ni en estatura política), aceptó la propuesta de Cuevas pero...¡oooohhh problema!... las siete candidaturas correspondientes a Mérida la Seño de las Vísceras Activas ya las había reservado para siete muñecazos: todos varones, todos guapotes y jóvenes, todos HECHURA POLÍTICA de ella, nada más de ella...
"No hay problema, señora –debió argumentar el sinuoso y poco imaginativo Cuevitas-, la podemos colocar en el sur, en el Distrito XII, ya que el papá de Martha es de Chacsinkín...". Y así fue como, por obra y gracia de los ovarios de la Doña los habitantes del sur yucateco se despertaron una mañana con la sorpresa de que una tal Martha Góngora, Góngora Sánchez para mayores señas, era "su" candidata...
Expresión propia del machismo que nos embarga, la primera reacción de los sorprendidos y descontentos sureños fue soltar el estigma que se acostumbra, en cualquier circunstancia, contra cualquier mujer: "... Martha Góngora es 'la querida', la KECH de Sergio Cuevas...". La sentencia sumaria llegó a todos los municipios sureños aún antes que la candidata posara sus delicados piecitos, en varios de ellos, por primera vez en su vida.
¡Vaya tarea descomunal la que tuvieron que desahogar los encargados de introducir (en el marketing político se le dice POSICIONAR) a Martha Góngora en el ánimo de los sureños! La primera "gira" de la PRE-candidata fue un verdadero desastre, a pesar de los abundantes apoyos con que se intentó cobijar a la debutante: la tal Marthita no sabía ni dónde estaba parada. NUNCA EN SU VIDA había hablado en público, nunca había realizado labores de campaña electoral. Sin carisma, con imagen personal poco atractiva, su desempeño en esa primera etapa puede ser retomado por cualquier manual de marketing electoral como ejemplo DE LO QUE NO DEBE HACER, nunca, UN CANDIDATO EN CAMPAÑA.
El saldo final de las semanas de PRECAMPAÑA no pudo ser peor: para los pobladores del sur la candidata priísta no tiene nada, absolutamente nada qué ofrecer. Después de conocerla cambió la idea que de ella se tenía, para mal: ya no se considera que fue impuesta por ser la KECH de Cuevitas, ahora se asegura que es lesbiana, lo que explicaría la terquedad de Ibóm Tortega para hacerla candidata, primero, y los abundantes apoyos que se le brindan a la candidata en el afán de "comprar" la voluntad y el voto de los sureños.
Más allá de que indigne la manera como se prejuzga y se "sentencia" a las mujeres en la política mexicana -y todavía peor en la yucateca- no podemos dejar de señalar y de reprobar la falta de sensibilidad que se tuvo al "mandar" como candidata a una de las regiones socialmente más conservadoras y políticamente más reactivas, a una mujer con el perfil personal y la trayectoria profesional de Martha Góngora, ajena a la zona y a los intereses de sus pobladores. Una mujer con valores académicos y experiencia administrativa que, sin lugar a dudas, pudieron ser aprovechados entre las clases medias urbanas y no en los municipios del sur, entre los que se encuentran los más pobres y atrasados de Yucatán, como es el caso de Tahdziú o de Chacsinkín. Pero, una vez más, la ignorancia y la soberbia pudieron más que las razones y que el peso de la realidad...
Lo que pasa en el Distrito XII sureño no es una excepción en el panorama electoral que enfrenta el PRI en la entidad. Si se analizan los perfiles y el desempeño de los candidatos del PRI en los quince distritos electorales, podremos dar cuenta real de los problemas que enfrenta el tricolor en la "operación territorial", municipio tras municipio, en buena medida, por el descontento que generó la imposición a ultranza de candidatos con perfil sumamente bajo pero, también, por la prepotencia con que se conducen y por numerosos errores cometidos, sea por los propios candidatos o por la pesadísima estructura electoral que avasalla a los alcaldes, a los grupos y a las fuerzas locales.
Tal vez la preocupación por lo que REALMENTE OCURRE explique la intensa campaña que realiza Ibóm Ortega, todos los días, recorriendo municipio por municipio, repartiendo dinero, obras, mercaderías y promesas, convocando A LA UNIDAD DE TODOS, dando por sentado que TODOS SE UNAN A ELLA: que se le respalde con el voto, que se le proteja con el CARRO COMPLETO, con el control total y absoluto del Congreso y de todos los municipios importantes, empezando por Mérida.