Muchas veces se presume que los voceros oficiales no dicen la verdad; sin embargo, pocas veces se les prueba. He aquí las pruebas de que el vocero de la Procuraduría estatal y el Coordinador General de Comunicación Social mintieron flagrantemente para, irónicamente, intentar desmentir al Diario de Yucatán.

El 2 de marzo pasado, el Diario de Yucatán publicó bajo el título "Baja por enviar correos" una nota sobre el cese de un empleado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) por supuestamente haber enviado desde una computadora de la Institución un mensaje político en contra de la candidata priista a la Alcaldía, Angélica Araujo Lara, y la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco. En esa nota se asentó que según "los informes recibidos", el empleado tenía por nombre Oscar Herrera y que fue la policía cibernética la que detectó el mal uso del equipo oficial.

A las pocas horas de publicada la nota, el director de Comunicación Social de la PGJE, Roger Alberto Narváez Huchim, en carta dirigida al director general de Grupo Megamedia, empresa propietaria del Diario de Yucatán, desmintió esa versión al decir que no se trató de un cese, sino que fue el empleado Oscar Jiménez Hernández (no Oscar Herrera como se publicara) quien renunció voluntariamente de la Institución (de hecho acompañó copia de la carta de renuncia) por las numerosas llamadas de atención que dicho empleado había recibido de sus superiores "por su comportamiento inadecuado con sus compañeras de trabajo", y que ello constaba "en los archivos de la propia Procuraduría".

Ese mismo día por la noche, en otra carta dirigida al director general del Grupo Megamedia, el Coordinador General de Comunicación Social del gobierno del Estado, Jesús Rivero Covarrubias, acusaba al referido periódico de mentir sobre el caso de los dos vendedores de camisetas de "Yo Chiflé a Ibom" detenidos y, de refilón, también se refirió al asunto de la Procuraduría de la siguiente manera:

"Hoy mismo publica el periódico a su cargo que un empleado de la Procuraduría General de Justicia 'fue cesado' por utilizar una computadora de la institución para reenviar material político-electoral. La verdad, como les consta por la aclaración enviada, es que dicho empleado presentó su renuncia y había sido reprendido en múltiples ocasiones por presentar actitudes indebidas con sus compañeras de trabajo".

Se evidencian las mentiras

Buscando conocer su opinión respecto a la versión oficial que afectaba su buen nombre y contradecía la versión del Diario que, con algunas pequeñas variantes además del nombre correcto del afectado —como que la Policía Cibernética no tuvo ninguna participación en la detección del correo reenviado, sino que fue un compañero de trabajo quien delató con su superior jerárquico al infortunado servidor público— fue confirmada por este semanario, intentamos localizar al señor Jiménez Hernández. Sin embargo, nuestras llamadas a su teléfono celular nunca fueron contestadas. Según información obtenida de ex-compañeros de trabajo suyos, presuntamente se había ausentado de la ciudad.

Cancelada la posibilidad de conocer la versión del ex-empleado, solicitamos a la PGJE mediante Acceso a la Información Pública, copia de las actas administrativas que se habían levantado por el supuesto mal comportamiento del mismo y que, a decir del vocero de dicha dependencia y del propio Rivero Covarrubias, obraban en los archivos de la misma, tal y como es costumbre en situaciones como la planteada por ambos funcionarios. Nuestra solicitud quedó registrada bajo el folio 6545 de fecha 2 de marzo del 2010.

Un mes y diez días después, es decir, el 12 de abril pasado, recibimos de la Unidad de Acceso a la Información Pública del Poder Ejecutivo la resolución 081/10, que en su resolutivo segundo estableció:

"En relación a esta solicitud y con base en el artículo 40 de la Ley de Acceso a la Información Pública para el Estado y los Municipios de Yucatán, después de una búsqueda exhaustiva en los archivos de la Procuraduría General de Justicia, no existe la información solicitada, en virtud de lo manifestado en el Considerando Segundo de la presente Resolución".

El considerando segundo se refiere a la respuesta de la Dirección Jurídica de la PGJE que, contradiciendo lo declarado anteriormente por su vocero y por el del gobierno del Estado y por tanto evidenciando las mentiras de ambos, a la letra consignó:

"Manifiesto que en la Procuraduría General de Justicia no existe ningún documento referente a algún acta administrativa levantada al C. Oscar Jiménez Hernández".

Respuesta de la Dirección Jurídica de la PGJE a la solicitud de Acceso a la Información Pública efectuada por Artículo 7, en donde, contra lo dicho por los voceros de la PGJE y del gobierno estatal, se demuestra que no hay actas que acrediten el supuesto mal comportamiento del ex-empleado de dicha dependencia para con sus compañeras de trabajo.

Mentir por sistema

Este asunto, que no debió tener mayor relevancia —en todo caso, el ex-empleado hizo mal uso del equipo oficial y por tanto merecía una sanción— evidencia que los voceros del gobierno del Estado aparentemente no tienen ningún empacho en mentir —aunque ello implique a veces hasta quedar en ridículo— para moldear los hechos a su antojo. Es decir, emplean la mentira como sistema para intentar sortear las crisis por las que todo gobierno atraviesa.

Ejemplos de ello hay muchos. Sólo por lo que se refiere a la famosa rechifla del Polifórum, por ejemplo, el gobierno y sus voceros mintieron, como San Pedro, en al menos tres ocasiones: que la rechifla fue causada por panistas llevados a la pelea de box por el Ayuntamiento, que los vendedores de camisetas alusivas a la rechifla fueron detenidos por dar un "vuelto" con billetes falsos, y que los panistas invitados a un evento presidencial pretendían volver a obsequiarle una rechifla a la gobernadora a diferencia de la "ola roja" que quería vitorear al presidente...

Paradójico resulta que esos que utilizan la mentira como herramienta cotidiana de trabajo, son los mismos que, mordiéndose la lengua, imputan a algunos medios supuestas mentiras producto de su "testarudez", pero nunca demuestran su dicho con pruebas como las que aquí exhibimos. ¿Por qué será? JECM