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La alergia es una hipersensibilidad del paciente, o sea, un paciente alérgico es un paciente hipersensible y eso se traduce en una hiperreactividad. Esto genera que el paciente reaccione exageradamente a algo que come, toma o respira. Nosotros nos podemos hacer alérgicos a algún alimento, a algún medicamento o a algo que estamos respirando del medio ambiente, como puede ser polvo, ácaros del polvo, hongos de la humedad, polen de árboles, pelos de animales y un sin fin de cosas que respiramos. A estas cosas las llamamos alergenos, porque son capaces de producir una alergia. Así nos lo comentó el doctor Jorge Carlos Bolaños Ancona, médico alergólogo de la Clínica de Mérida.
Dr. Jorge Carlos Bolaños Ancona, médico alergólogo de la Clínica de Mérida
—Los alergenos producen inflamación en el paciente alérgico y eso cierra un círculo vicioso que hace entender la alergia. En resumen, el paciente es hipersensible, hiperreactor y eso le produce una inflamación.
—Nosotros le damos el nombre a la alergia según el sitio que inflame. Las alergias respiratorias son las más frecuentes pero el nombre puede variar: si afecta la nariz le llamamos rinitis, si se inflaman los ojos le llamamos conjuntivitis, si afecta los bronquios le llamamos bronquitis, sólo que el bronquio inflamado en el alérgico se tiende a cerrar y a eso le llamamos asma bronquial.
—Las alergias también se pueden dar en la piel como la dermatitis atópica que se presenta como un enrojecimiento en los pliegues, más frecuente en niños; o como ronchas grandes, que se generan en todo el cuerpo y le llamamos urticaria, más frecuente en adultos.
—En nuestro medio prevalecen las alergias respiratorias —continuó— en las que predominan la rinitis y el asma bronquial. Se presentan en niños de edad preescolar: 4 de cada 10 padecen alguna alergia y en los adultos, 20 a 25% las padecen.
Del total de alérgicos respiratorios, 70% corresponde a rinitis y 30% padece asma.
¿Cual es la edad más frecuente en la que se desarrollan las alergias?
—Generalmente es entre 2 y 6 años de edad. Los niños pueden tener una historia natural, o sea, pueden empezar antes de los 2 años con una dermatitis atópica y posteriormente después de los 2 años, ir cambiando a la alergia respiratoria.
¿Cuál es el impacto en los niños?
—El impacto en los niños es una mala calidad de vida, esto es, en el sentido de que un niño que no respira bien ronca de noche, puede producir crecimiento de adenoides y llegar a una sinusitis. Son muchas veces de bajo rendimiento escolar, muchas veces porque duermen mal por las noches. El ejercicio les puede desencadenar asma. Esto es, la calidad de vida del paciente se va entorpeciendo en cosas primordiales como las labores escolares, el sueño y el ejercicio.
—Hay casos graves de niños asmáticos y uno de los principales problemas es su entorno. Todo alrededor del niño asmático es problemático. Empieza una sobreprotección; la familia vive en estrés nervioso. Mamá y papá no duermen pensando en el niño y hay niños con crisis grave que requieren hospitalización.
—Afortunadamente la gravedad del asma no es tan frecuente. El asma grave se da en uno de cada cien. Estos son generalmente los que tienen una historia familiar de asma.
—La alergia tiene una predisposición genética y pasa de generación en generación. Si papa y mamá son asmáticos, la probabilidad del asma severo es mucho alta.
¿Qué tipo de tratamientos hay disponibles?
—Hay una gran variedad. Los medicamentos se agrupan en 4 grupos para las alergias: 1) antialérgicos o antihistamínicos, 2) antiinflamatorios, 3) broncodilatadores y 4) los inmunomoduladores, que son las vacunas.
—Todos estos medicamentos son sintomáticos, o sea, la alergia no se cura, se controla. Todos los medicamentos quitan los síntomas pero no curan la enfermedad.
—El único que nos trata de hacer tolerantes a lo que nos lo produce es la inmunoterapia, que son las vacunas de hiposensibilización alérgica. Son vacunas que buscan generar una tolerancia a las cosas del medio ambiente, a los alergenos a los que el paciente resulta alérgico y bajar la sensibilidad de esos alergenos.
—Hay dos tipos de vacunas: las subcutáneas y las orales o sublinguales. Ambas tienen un mismo propósito. Generalmente son individualizadas para cada paciente y es por eso que no se venden en las farmacias. En primera instancia deben hacer pruebas de alergia y una vez hechas hay que elegir de las que resultaron positivas cuáles se van a poner en esa vacuna. La vacuna tiene antígenos y alergenos de cada paciente, primero en concentraciones bajas. Éstas se van aumentando paulatinamente hasta generar esa tolerancia en el paciente. Eso lleva un tiempo de 3 a 5 años para crear la tolerancia en el paciente.
—La vacuna inyectada es subcutánea y se aplica dos veces a la semana. La oral puede ser diaria, aunque hay variaciones de 3 a 5 días por semana.
—El tipo de vacuna se elige dependiendo de cada paciente. Hay pacientes que no tienen buena tolerancia a la vacuna oral y se recurre a la subcutánea.
En términos generales, si los alergenos son pocos, la eficacia de la vacuna es prácticamente igual y el paciente decide cuál quiere. Si los alergenos son múltiples, la vacuna subcutánea es mejor o superior a la oral.
Y espontáneamente ¿alguna vez desaparece la enfermedad?
—Por supuesto que sí. La maduración del sistema inmunológico tiende a terminar entre los 4 y 6 años de edad. A partir de ese tiempo la mayoría de los pacientes tienen una mejoría importante. Otro factor benéfico es la pubertad en los hombres ya que los andrógenos como la testosterona favorecen el equilibrio inmunológico y es algo que ayuda al alérgico. Los niños tienen dos expectativas de mejoría, a los 6 años de edad cuando ya maduró el sistema inmunológico y cuando entra a la pubertad.
Para las niñas, cuenta lo mismo la maduración del sistema inmunológico a los 6 años de edad pero la pubertad les causa un efecto contrario al del varón. Los estrógenos femeninos pueden volver a desequilibrar al sistema inmunológico y agravar una alergia y un asma. La mujer es más inestable en la edad adulta que el hombre porque toma anticonceptivos, porque se embaraza, porque llega a la menopausia; los cambios hormonales en la mujer favorecen a las alergias.
—Ocho de cada diez pacientes que viven en la Península de Yucatán salen alérgicos al polvo y a los ácaros del polvo. Los ácaros del polvo —llamados dermatofagoides porque son seres derivados de los arácnidos, microscópicos, que se alimentan de las escamas de la piel. Se podría decir que es el alergeno universal, es el más común, no sólo en la Península sino en la República y a nivel mundial.
—La proliferación del ácaro del polvo se da mucho más en la Península porque estos ácaros viven en la humedad. No es lo mismo el polvo de la calle que el polvo intramuros o dentro de los hogares. Éste último es peor para el alérgico que el de la calle. El polvo de la calle tiene bastante menor cantidad de ácaros.
—Nosotros insistimos en medidas de prevención de alergias. Éstas consisten en evitar que el cuarto del alérgico tenga muchas cosas que promuevan la acumulación del polvo. Hay que evitar que tengan peluches, alfombras, tapetes, almohadas de plumas. No es que el peluche en sí le haga mal al alérgico sino que el peluche guarda al ácaro del polvo.
A las mamás que no quieren deshacerse de los peluches —porque son las mascotas de sus hijos— se recomienda que los congelen o que los laven y sequen con calor, ya que eso destruye a los ácaros. Claro que eso se tiene que hacer periódicamente y es una lata. Lo más sano es quitar los peluches.
—Hay acaricidas que se venden pero que sólo reducen la cantidad de ácaros, no los eliminan por completo.
Para finalizar la entrevista, el doctor Bolaños comentó que lamentablemente ostentamos el primer lugar a nivel nacional en alergias por la humedad que tenemos en nuestra región y el estado, que favorece la proliferación de los dos alergenos más frecuentes: el ácaro y el hongo de la humedad.
Ácaro del polvo, artrópodo microscópico que son dermatofagoides. Se alimentan con las escamas de la piel.