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Cuatro estrellas
“Preciosa” (Precious) es el segundo largometraje del novel director Lee Daniels y le ha hecho merecedor de 2 oscares (Mejor actriz de reparto y Mejor guión adaptado), además de diversos reconocimientos en festivales como Chicago, San Sebastián, Sundance y Toronto. No conozco el trabajo anterior de Daniels pero “Precious” deja ver el gran talento de este realizador. Sus mejores atributos son el manejo de cámara y una asombrosa capacidad para hacer que los actores dejen el alma en cada escena. Daniels es una especie de Vittorio de Sica moderno. Se parece a ese maestro del cine italiano de los años 40’s que puso a actuar a gente que tomaba de la calle y logró interpretaciones que dejaron huella en todo el mundo. Sí, “Preciosa” tiene mucha influencia del neorrealismo italiano. Es la historia de una adolescente negra y obesa llamada Precious que es atormentada por su perversa madre, violada por su padre y rechazada por sus compañeros de escuela. Una serie de desgracias que Daniels maneja con demasiada sordidez. La película es demoledora y cruel. Hasta parece inspirada en los guiones de Roberto Rosellini que buscaban indignar al espectador a través de actos de extrema injusticia. A la más pura usanza del cine neorrealista, el director persigue un estilo documentalista de cámara en mano y uso de locaciones.“Preciosa” está basada en la novela “Push” de la escritora Sapphire. Es un relato que cinematográficamente se narra con mucha fluidez, presumiendo de un montaje con ritmo emocional acertado. A nivel formal destaca su fotografía y edición, pero lo que de plano deja con la boca abierta son las actuaciones de las protagonistas. La debutante Gabourey Sidibe da vida a “Precious”, mientras la actriz Mo’nique —que solo había hecho algunos pequeños papeles— interpreta a Mary, madre de Precious. Lee Daniels es un maestro nato de la dirección actoral, eso puede constatarse viendo el duelo interpretativo entre Sibide y Mo’nique. Incluso pone a actuar a Mariah Carey y Lenny Kravitz en personajes secundarios que saben siempre mantenerse a tono con las protagonistas.
El personaje de Mo’nique brinda los mejores momentos del filme. Una madre abominable que uno no puede dejar de aborrecer ante las terribles injusticias que comete con su hija. El tema del maltrato, la segregación, el dolor, la insatisfacción y la ignorancia van señalando las deficiencias educativas y sociales del sistema estadounidense. Su capacidad de retratar la otra cara del estilo de vida americano es la mayor virtud argumental de la cinta.
El punto a criticar es su desequilibrio en el manejo de emociones, la representación que Daniels hace de Precious es demasiado mísera y las acciones que se le presentan al personaje tienden a ser excesivamente fuertes. Vamos de una desgracia a otra mayor, aderezadas por imágenes repulsivas como verla con la cara cubierta de grasa mientras come una cubeta de pollo frito, desmayada por un golpe que le da su madre, tirada en el suelo víctima de una humillación, violada por su padre y madre de una niña con retraso mental. Ese ensañamiento le da un tono descomunalmente trágico y el exceso dramático le evita explorar la óptica racial y social con una mayor profundidad.
Lo mejor: las actuaciones tanto de las protagonistas como de los personajes secundarios, su estilo de cámara en mano y sus influencias del cine italiano acentuadas por la escena en que Precious se imagina dentro de una cinta neorrealista.
Lo peor: su crudeza raya en el exceso.