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CAMPECHE, Campeche, 15 de abril.- Con sus manos crea maquetas y modelos de embarcaciones y plataformas empleadas por empresas petroleras que, por su realismo y acabado perfecto, han adquirido el estatus de obras de arte que incluso se exhiben en España e Inglaterra. Hoy, el caso Oceanografía lo ha forzado a sacar sus creaciones a remate.
Félix Gorra Ricárdez, artesano que radica en esta capital, en uno de los suburbios de clase media, es uno de los miles de afectados directa o indirectamente por este suceso, aunque por partida doble, pues la privación económica por la que ahora atraviesa lo ha obligado además a deshacerse de sus creaciones, orgullo suyo y que eran su fuente diaria de inspiración artística.
Así, desde hace tres meses, Gorra no realiza venta alguna y ha sacado a remate algunas de sus creaciones que son verdaderas obras de arte.
Al no ser empleado de Oceanografía, no recibió ningún beneficio en el pago de salarios a los trabajadores de la empresa y desde diciembre pasado tampoco recibe un contrato de elaboración de maquetas, de las que él sería el único en el país en elaborarlas combinando la técnica artesanal y la electrónica.
Gorra señaló que no solamente Oceanografía suspendió contratos, sino todas las empresas que prestan servicio a Petróleos Mexicanos (Pemex), como una medida preventiva para sanear sus finanzas.
“Mis artículos no son de primera necesidad, por ello me han dejado al último, no les interesan (las maquetas) y estábamos preparando una exposición, y ahora ninguna autoridad nos escucha o nos paga por el material”, lamentó Gorra.
En entrevista, añadió que la actividad se paralizó desde la intervención de autoridades federales a Oceanografía, cuyo colapso ha perjudicado a unos 7 mil 800 trabajadores directos en Campeche, y, según sus estimaciones, a otros 5 mil de manera indirecta.
El artesano agregó que, además de Oceanografía, también vendía sus obras a los grupos Diavaz, Cotemar, Protexa, Marinsa, DeepOcean e Intermar, pero ninguna de ellas ha requerido alguno de sus productos en este momento, porque de alguna forma, al ser también proveedores de Pemex, han tomado medidas preventivas.
De acuerdo con Gorra Ricárdez, una de sus obras, la maqueta de una plataforma semisumergible, tarda en promedio de 30 a 40 días de trabajo en realizarse, y su precio de venta oscila entre 40 mil a 80 mil pesos, y la de una plataforma fija o una barcaza, entre 30 a 40 días y su costo es de 30 a 40 mil pesos.
En todas las maquetas emplea técnicas artesanales para hacerlas a escala similar a cualquier plataforma, buque o barcaza de las que circundan los mares del Golfo de México para extraer o transportar el petróleo obtenido del litoral nacional.
Su pequeño taller artesanal, donde por cierto solo le queda un ayudante, que es su esposa, tiene la capacidad para equipar un museo o un área petrolea interactiva, pero hoy sólo busca sobrevivir, agobiado por la renta y el pago de servicios, que lo han obligado ya a sacar a remate algunas de sus obras, principalmente las de plataformas.
Puso como ejemplo que una pequeña lancha, cuyo costo original es de ocho mil pesos, ahora busca venderla en 2 mil 500 pesos, para lo cual ha visitado diversas empresas locales y particulares, pero en la última semana no ha tenido suerte.
Gorra dijo que en los últimos tres meses se agotó lo que había recibido de los últimos pagos, y ha comenzado a contraer deudas, por lo que duda en mantenerse en la actividad, de la que sería el máximo exponente en el país.
“Estoy pensando seriamente en dedicarme a otra cosa mientras se componga esta situación, porque los pagos comienzan a acumularse”, señaló.
Dijo que se dedica a la elaboración de maquetas desde hace 20 años y que ha tenido en mente un proyecto de financiamiento para adquirir equipos mecanizados, que costarían un promedio de 100 mil pesos, aunque ha decidido posponerlo, porque en este momento no hay contratos y significaría una mala inversión.
También ha presentado, a solicitud de empresas, áreas de refinería en maqueta, aunque es una petición poco común, pues la mayoría de las peticiones las recibe en diciembre, porque es cuando las empresas hacen regalos a los altos funcionarios.
“Estamos paralizados, me quedé sin trabajo y espero sacarle algo a las maquetas que quedan”, mientras señala una plataforma, que según él vale 17 mil pesos, y que está dispuesto a venderla en tres o cuatro mil pesos, lo que consideró como un daño colateral de la empresa Oceanografía a su economía, como está sucediendo, dijo, a muchos otros trabajadores indirectos. (Milenio/Notimex)