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México (19 de mayo).- Se alejó de los reflectores y se encerró en su casa de campaña cerca de diez horas, pero al final Ernesto Cordero reconoció su derrota ante Gustavo Madero en la búsqueda por la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) y puntualizó que no emprenderá ningún tipo de batalla legal para impugnar los resultados.
Su semblante fue muy diferente al del 24 de marzo pasado, cuando aseguró que según sus encuestas vencería a Madero por una diferencia de entre 12 y 30 puntos.
Acompañado por el exgobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien aspiraba a la Secretaría General del PAN, y por senadores como Javier Lozano y Roberto Gil, Cordero pidió que a partir de ahora se refleje la pluralidad en las decisiones que se tomen desde la nueva dirigencia y se pronunció además por la unidad partidista, pues, dijo, el PAN es mucho más que una competencia entre dos planillas.
“Hemos luchado teniendo todo en contra, los resultados que se han dado a conocer no nos favorecen. Tanto Oliva como un servidor sabemos que sólo la unidad nos dará la fuerza necesaria para enfrentar los próximos retos, no entraremos en una batalla legal porque lo que necesita nuestro partido es una batalla ética”, puntualizó Cordero.
En un breve mensaje de no más de tres minutos, ante decenas de simpatizantes y colaboradores, aseguró que a partir de ahora el PAN debe asumirse como una oposición firme y volver a su esencia humanista y ciudadana.
Además, hizo un llamado a que la pluralidad “manifestada en las urnas” se refleje es los espacios de dirección del partido que conducirá nuevamente Gustavo Madero, para que se sigan las rutas correctas, aseveró, tomando como base la unidad partidista.
“Casi la mitad de los panistas votaron por nuestra opción, no los dejaremos solos. A todos ellos les pido que mantengamos el ánimo, el espíritu de la lucha y que sigamos trabajando en nuestros estados y municipios para recuperar los principios que conformaron nuestra identidad”, sostuvo Cordero.
Luego de pronunciar su discurso, el senador con licencia regresó a su oficina en compañía de sus colaboradores y se negó a responder a los cuestionamientos de los reporteros, quienes esperaban saber si habría en las próximas horas un encuentro entre él y Gustavo Madero.
Por su parte, el senador panista Roberto Gil Zuarth rechazó la existencia de negociaciones entre el equipo de Cordero y el de Madero para evitar la presentación de impugnaciones.
“No hay negociación de ningún tipo hasta este momento. Nosotros seguiremos insistiendo en lo que motivó esta campaña: la unidad y el cambio. Hay un resultado electoral y ese resultado lo hemos reconocido, pero eso no significa que con esta decisión el partido cambie para bien”, sostuvo el legislador.
Respecto a alguna posible alianza en los corderistas y los afines al grupo de Gustavo Madero, Roberto Gil indicó que esto dependerá de la convocatoria que tenga el líder nacional del panismo.
“Ahora le corresponde a él (Gustavo Madero) la responsabilidad, la iniciativa de construir la inclusión de gobernabilidad del partido. No tenemos prevista ninguna reunión con él o con su equipo, no hemos recibido un ofrecimiento ni una petición formal”, detalló Gil Zuarth.
A su vez, el también senador Javier Lozano, deseó, vía Twitter, éxito a Madero y a su equipo en la conducción del partido.
A diferencia de los días de campaña, Cordero manejó un perfil discreto durante una de las jornadas de mayor importancia para el panismo. Gran parte del día se mantuvo encerrado en su oficina de la casa de campaña, ubicada en la colonia Del Valle, de la capital del país.
Salvo esporádicas ocasiones, durante diez horas quien fuera secretario de Hacienda y Crédito Público durante el sexenio de Felipe Calderón se mantuvo reunido con sus colaboradores más cercanos, con quienes monitoreaba el desarrollo del proceso electoral panista.
En ocasiones se informaban resultados de encuestas que favorecían a Cordero en algunas regiones del país.
Sin embargo, a pesar de los festejos de algunos integrantes del equipo de campaña y los constantes gritos de “¡Cordero, presidente!”, el resto se manejaba con cautela y evitaba dar por triunfador al aspirante a la dirección del PAN.
Derrota frustra la celebración
Los corderistas se vieron obligados a guardar todo lo que tenían para una noche de fiesta.
Con denuncias inició Ernesto Cordero la jornada electoral, pues acusó que minutos antes de la apertura de casillas militantes panistas recibieron mensajes de texto en sus teléfonos móviles en los que se les informaba que la elección se había suspendido.
Acompañado por Luis H. Álvarez, uno de los líderes históricos del PAN, y por la senadora Mariana Gómez del Campo, Cordero acudió a votar en una casilla en Cuajimalpa, y aseguró que el equipo de Madero estaba desesperado.
Ahí, los dos panistas demostraron su apoyo al exsecretario de Hacienda y le levantaron la mano augurándole que por la noche el PAN cambiaría.
Luego de votar, tomarse la foto y platicar con los reporteros, Ernesto Cordero se trasladó a bordo de un automóvil a su casa de campaña.
Desde ahí siguió desde su oficina y en compañía de su equipo de campaña los primeros resultados de las elecciones internas panistas.
Acompañaron en todo momento a Cordero los senadores Javier Lozano y Roberto Gil Zuarth, también su coordinador de campaña, Maximiliano Cortázar, y diputados como Fernando Rodríguez Doval, quienes buscaban animar el ambiente que se vivía en el búnker corderista.
A pesar de los constantes aplausos, del mediodía a las nueve de la noche Cordero únicamente bajó de su oficina para convivir con sus colaboradores en tres ocasiones. El resto del tiempo lo dedicó a definir su estrategia y a monitorear los resultados.
Por la tarde se informó sobre un incidente suscitado justo en la casilla donde horas antes había votado Ernesto Cordero. Se trató de un asalto a mano armado en el que un sujeto robó la urna que contenía los sufragios de la militancia panista, entre ellos el del propio Cordero.
La urna fue hallada minutos después en calles aledañas a la explanada delegacional de Cuajimalpa, luego de que el equipo de Cordero interpusiera una denuncia ante las autoridades electorales.
La espera se hacía larga, los voluntarios que apoyaban en la casa de campaña gritaban porras y comentaban que Cordero tenía mucha ventaja en el Bajío.
Mientras, otros simpatizantes preparaban banderines, carteles y diversos artículos de fiesta para una celebración que nunca se dio.
Cordero salió de su casa campaña para dirigirse a otra residencia ubicada a menos de 20 metros de distancia sobre la calle Gabriel Mancera, en compañía de su compañero de fórmula y aspirante a la Secretaría General del partido, Juan Manuel Oliva. Ahí se encontró con legisladores y simpatizantes afines a su planilla.
Volvió a las 20:00 horas en medio de vítores y palabra sde apoyo de sus seguidores. En su oficina esperó a que la dirigencia nacional panista diera a conocer los resultados preliminares de la votación, los cuales no le favorecieron.
Ahí, ya sin ánimo de fiesta, planeó un breve mensaje que pronunciaría reconociendo su derrota y anunciando que no acudiría ante los tribunales para impugnar la elección que daba el triunfo a Madero.- (Excélsior)