499 palabras
MEXICO, D.F., 18 de mayo.- Cuando comenzó su carrera musical lucía como un chico serio, formal, todo un baladista. Sin embargo, con el pasar del tiempo, Cristian Castro ha evolucionado, tanto profesional, como físicamente. Convertido ahora en un rey del escándalo, mostró su faceta de rockero al presentar su disco El cantar de la muerte.
Conocido ahora como Lügh Draculea, el cantante ofreció jueves pasado su primer concierto de manera oficial con su grupo de rock metal La Esfinge, en el Plaza Condesa de la capital mexicana, donde presentó su más reciente disco, bajo este género.
Tras escucharse algunos acordes de la Marcha fúnebre, el vocalista agradeció la presencia de sus seguidores e inició con el concierto ataviado con un pantalón de cuero negro y una camiseta del mismo color con aplicaciones de metal y una especie de pechera en color morado.
Tras sus declaraciones sobre la chica Sor Juana, su supuesta visita a Gustavo Cerati, la fotografía en la que aparece semidesnudo junto a una masajista, Cristian Castro ha dado de qué hablar a últimas fechas.
Después de eso, compartió en redes sociales –las mismas que dijo odiar-, en el salón de belleza pintándose el cabello de rubio.
Entre sus escándalos recientes es el embarazo de su ex novia, Paola Erazo, a quien solicitará una prueba de paternidad, la cual estará dispuesto a asumir si resulta ser su hijo.
También suele ser objeto de burlas debido a su gusto por la banda de rock Tool. Aunque él se desenvuelve en el género pop nunca ha ocultado ser fan del grupo de rock, e incluso tiene tatuado en la espalda el logo de la banda.
La banda mexicana Genitallica lanzó el viernes el videoclip de su sencillo Quiéreme, en el cual contó con la colaboración de Cristian Castro y Coda.
Quiéreme narra cómo un hombre suplica amor, pero de una manera muy divertida y en doble sentido, como ya es costumbre en las letras de la agrupación.
Asimismo, la canción cuenta con la participación de Cristian Castro y el grupo Coda, quienes también participaron en el video, cuya historia resulta surreal, graciosa, y con figuras femeninas, especialmente la de Cristian Castro, disfrazado de porrista. (Agencias)