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México (17 de mayo).- A tres meses de distancia de la aparición de la fotografía que sirvió para vincularla con grupos de la delincuencia organizada, la senadora perredista Iris Vianey afirma que el acontecimiento le afectó emocionalmente y puso en riesgo su seguridad, pero asegura que políticamente salió fortalecida, toda vez que pudo demostrar su inocencia.
En charla con Entre Mujeres/La Entrevista, que se trasmitió ayer por Excélsior Televisión y que conducen Fabiola Guarneros, Jessica Pacheco y Paola Virrueta, la legisladora también habló de los pros y contras que conlleva ser atractiva y robar miradas. Admite que en la etapa universitaria su imagen le fue útil para abrir puertas y hacerse oír, aunque ya en política se valoran más los conocimientos, el trabajo y la capacidad negociadora.
A raíz de la foto publicada en redes sociales donde la senadora Iris Vianey aparece con la cantante Melissa Plancarte, conocida como la Barbie Grupera
—hija del líder templario Enrique Kike Plancarte, ya muerto—, la legisladora se sintió “muy vulnerable” e incluso con miedo, ya que el escándalo tomó proporciones nacionales.
“Fue complicado este tiempo. A raíz de mi licencia (debió dejar el Congreso un mes para facilitar las investigaciones de la PGR) no te puedo decir que me sentí súper segura porque se tocó toda esta campaña de amenazas de muerte en redes sociales, llamadas telefónicas y todo esto.
“Ha sido el momento en que más insegura me he sentido, porque me sentí expuesta a escala nacional. Yo, que viajo mucho por todo el país, porque coordino una parte importante de la expresión política a la que pertenezco, de repente viajo a Tamaulipas, y te das cuenta de que te estigmatizan como la senadora templaria… Te hace sentirte muy expuesta.”
Iris Vianey, quien desde los siete años de edad tuvo su primer acercamiento en la política mexicana, relató que en 1988 recorrió por primera vez varios estados de la República en compañía de Cuauhtémoc Cárdenas, en su campaña presidencial.
A los 14 años fue líder del sector juvenil perredista; dos años y medio después, cuando ingresó a la universidad, se dedicó de lleno a la vida partidaria, pero ya no con jóvenes, sino en el Congreso. Después se fue de gira con el entonces aspirante a gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel.
Suben foto a las redes
El pasado 2 de febrero, un cibernauta subió a Facebook una foto que muestra a Iris Vianey en una fiesta a la que también acudió la llamada Barbie Grupera, lo que sirvió de pretexto a sus adversarios para acusarla de ligas con el crimen organizado.
—¿Esto cómo te afectó? Porque no es lo mismo la grilla política que una situación emocional en la que tienes que dar explicaciones a tu hijo?
—Son dos temas bastante complicados. Primero yo soy secretaria de la Comisión de Seguridad Pública, estoy también en la Comisión de la Defensa Nacional. Son temas que he manejado desde hace mucho tiempo, soy una estudiosa del tema.
“En Michoacán y más en Apatzingán, de alguna manera se cohabita con el crimen organizado o con el delito, porque el círculo social es tan pequeño, nuestra ciudad es muy muy pequeña, donde coincides con mucha gente.
“Yo vengo colocando el tema de la inseguridad en la agenda legislativa; es un tema de mucho tiempo atrás y de repente, al exponerme con esta fotografía, sí fue un golpe muy fuerte en lo político. Difícilmente te quitas un estigma de esa naturaleza.”
“Lo que dije en aquel momento lo sigo pensando ahora. No lamentaría que ocurriera de la manera en que ocurrió, que todo lo que pasa en nuestra vida te marca, traza tu ruta, te da fortaleza. Sí, emocionalmente me pegó. Tanto, que tuve que sacar a mi hijo de redes sociales, me pegó mucho la campaña, porque de repente te ven prácticamente en memes donde estás desnuda o con armas y cosas así y, bueno, tienes que proteger a tu familia.
“Mi hijo tiene apenas 12 años. Esa parte en lo emocional no te lo niego que sí me pegó. En lo político no, porque yo sabía las decisiones que tenía que tomar y afrontar una circunstancia de la que efectivamente se estaba tergiversando una imagen y alguien capitalizó prácticamente esto.
La senadora Mendoza contó que debió abandonar el Senado para exigir la investigación. Su objetivo era dar una muestra de que efectivamente quería coadyuvar.
Al preguntarle si sospechaba de que sería fotografiada junto a Melissa Plancarte y si, de haber sabido quién era esa mujer, se se hubiera cuidado, Iris Vianey comentó que era una fiesta donde asistieron más de mil personas.
“Ahora ubico perfecto quién es Melissa Plancarte y si hubiese tenido en ese momento el conocimiento de que su papá es un capo, creo que tampoco lo habría cuidado.
“Primero, porque el coincidir en un evento social y que además cada año se realiza, fue el cumpleaños de un estilista que es también estilista de Melissa Plancarte. Pero él no es un delincuente, no se si ella lo sea, dudo que ella lo sea, y coincidir en un evento no te hace un delincuente; incluso quienes cohabitan con alguno, cada quien es responsable de sus actos”, sostuvo.
La imagen
—Eres una mujer que le gusta cuidar mucho su imagen, que debe de llamar evidentemente la atención. ¿Eso te ha beneficiado o ha sido un obstáculo para tu trabajo? —se le preguntó.
—Ambos. Me ha beneficiado. Te abre las puerta en algún momento. No tanto en la carrera política. En la preparatoria, en la universidad es importante cuando quieres que te escuchen, es importante que te vean, entonces sí fue importante para liderar movimientos en torno a un personaje político, se sume voces o voluntades, entonces sí es importante.
“En la marcha es muy complicado para cuando la gente te mira. También escuché lo que dices y que en verdad uno pueda expresar lo que siente, más allá de lo que pueden ver. Entonces, ¿para que le sirvo yo a mi gente, al pueblo? Tengo que doblegar, incluso mi carácter para que crean que soy la imagen que la gente quiere ver.
“La gente te estigmatiza porque lo que ve, no está relacionado con lo que uno piensa, mucho menos con tus sentimientos, con lo que acabas de hacer o con el trabajo. Si se midiese la capacidad intelectual, el esfuerzo y las hora diarias que se trabajan (yo me despierto a las cinco de la mañana); son cosas que luego, la nota que vende es el escándalo, la nota policiaca, el tema más superficial.”
—¿Cómo te ves en cinco años?
—Definitivamente mi ruta siempre ha sido la política, es mi vocación. Como te decía, tengo 32 años y desde que tengo conciencia no he hecho otra cosa.
“En cinco años yo me veo más en el trabajo operativo, en el trabajo de campo. Para mí ha sido complicado este tiempo en el Senado; ha sido un experiencia maravillosa, he aprendido mucho y he tenido la oportunidad de estar en contacto con los movimientos sociales.
“En cinco años me veo a bajo con la gente, operativa. Me encanta el trabajo legislativo pero creo que para entonces se habrá cumplido una etapa de mi vida. Yo quiero regresar al campo, quiero regresar a Michoacán, de hecho no he dejado Michoacán; mi familia esta allá, mis hermanos mi mamá, todos viven en Apatzingán. Yo voy y vengo.”
—Alguna anécdota que recuerdes que te haya pasado como legisladora…
—Cuando llego a las estados me confunden. Me preguntan por la senadora y dicen que no soy yo o me confunden con edecanes, me ha pasado de todo.
—¿Y propuestas más fuertes? Porque de pronto es muy común que los hombres te manden flores o haciéndote un piropo creen que te van a convencer para tenerte de su lado?
—Con eso vengo lidiado desde hace muchos años, ya me acostumbré. Pasa poco en Michoacán, la gente ya me ubica, pero desde propuestas de matrimonio hasta regalos. Pasa de todo cuando eres mujer y, por supuesto, un sector femenino de la política no te trata bien”, concluyó.- (Excélsior)