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FORTALEZA, Brasil, 17 de junio.- Sorprendente el empate entre Brasil y México cuando todo el mundo auguraba que los locales sumarían de nuevo los tres puntos. A los de Luis Felipe Scolari les costó mandar, sobre todo en la segunda mitad cuando su rival ganó el balón por momentos. Ochoa fue clave con sus paradas y Neymar, a pesar de intentar tomar el mando, no consiguió guiar a los suyos.
Los aztecas saltaron al césped del Castelao sin ningún tipo de complejos y dispuestos a frenar el fútbol de los brasileños. El planteamiento de Miguel Herrrera no permitió a la canarinha sentirse a gusto en los primeros compases y el inoperante centro del campo local no les permitía hilvanar ninguna jugada.
De hecho, el bagaje ofensivo de Brasil estuvo monopolizado por Óscar y Neymar. Ambos, al igual que sucedió ante Croacia, intentaron combinar con la ayuda de Dani Alves para generar peligro cerca del área rival. Sin embargo, fueron los mexicanos los primeros en dar un aviso serio. Un zapatazo desde la frontal de Héctor Herrera estuvo a punto de ser el primer gol de la noche de no ser por una espectacular estirada de Julio César. El meta de Toronto FC metió una mano salvadora que evitó el tanto rival, aunque el colegiado no apreciase el espectacular despeje.
Pero la intervención del cancerbero brasileño sólo sirvió para que su homólogo en México, Guillermo Ochoa, decidiera eclipsar su acción. El portero del tricolor salvó a su equipo en dos ocasiones muy buenas de los de Scolari. Primero a la gran estrella rival, Neymar Jr, que tras ganar en el salto a Rafa Márquez en un centro de Dani Alves cabeceó ajustado al poste. Un buen remate pero el portero consiguió desbaratar la cara ocasión de la verdeamarelha. Y a dos minutos del final de este primer período, Ochoa volvió a evitar el alirón de los locales. Esta vez llegó en una jugada a balón parado en la que Thiago Silva consiguió hacer un peligroso remate con el pecho desde dentro del área. El portero mexicano tapó muy bien y despejó la pelota de su área.
Tras el descanso, Scolari sacó del campo a un desaparecido Ramires para dar minutos a un hombre de talento como Bernard. Este sería protagonista en el arranque con una gran cabalgada por banda derecha que acabó con un centro que si no es por el ‘Maza’ Rodríguez, acaba en la cabeza de Neymar en una posición ideal para marcar. Pero a pesar de lo fulgurante de la jugada, Brasil se apagó a los pocos minutos.
México se hizo con el balón y se postuló como dueño del partido. Los de El Piojo Herrera tuvieron en el disparo de media distancia su mejor arma. José Vázquez y Héctor Herrera pusieron en aprietos a Julio César que veía cada vez más cerca de su portería los misiles del Tri. Aún así, el peso de la camiseta de Brasil se notó y las individualidades dieron vida al equipo. Sobre todo Neymar, castigado por las entradas de sus contrincantes, intentó ser el líder de los suyos. Él mismo avisó en un saque de falta que buscaba la escuadra de Ochoa aunque le faltaron unos centímetros para ver puerta.
Pero con cinco estrellas sobre el escudo y con la condición de local en este Mundial, la reacción brasileña tenía que llegar. México fue cediendo el dominio del balón y Brasil se fue estirando y llegando con más intención al área rival. El problema para los de Scolari, es que la reacción sólo quedó en eso, en intención pero no en definición. Y eso que en el 75 Jo pudo arrancar los tres puntos tras plantarse en el área. El delantero recibió algo escorado y disparo demasiado precipitado cruzando en exceso un balón que podría haber sido vital para el combinado local.
Pero como anticipaba la noche, de nuevo brilló Ochoa. Al borde del final volvió a dejar una increíble parda en un remate de Thiago Silva que parecía imposible de detener y del que se lamentó el capitán brasileño. Ocasión perdida y que pudo cambiar el rumbo de un partido que acabó sin ningún cambio en el marcador, a pesar de que Raúl Jiménez obligó a Julio César a esforzarse en el añadido. (Agencias)