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CHILPANCINGO, Guerrero, 29 de diciembre.- El sacerdote Gregorio Gorostieta López, Padre Goyito, cuyo cuerpo fue hallado el pasado jueves 25 en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano, murió por asfixia y no por arma de fuego.
Así lo informó el fiscal de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, luego de que un perito médico practicó la autopsia al cuerpo del cura, secuestrado el miércoles 24 por un comando que ingresó al seminario y lo sacó por la fuerza.
Feligreses despidieron al Padre Goyoito en Guerrero. (Octavio Gómez)
De acuerdo con el funcionario estatal, hay varias líneas de investigación en torno del caso, las cuales “personalmente estamos supervisando”.
El asesinato del sacerdote “nos conmueve a todos” y en el asunto trabaja un equipo “pericial muy especializado”, agregó en entrevista con Radio Fórmula.
Sin embargo, indicó que no podía revelar más detalles por lo delicado del caso. “Estamos supervisando las investigaciones, tenemos varias líneas de investigación, me voy a reservar más datos porque son líneas de investigación delicadas, espero pronto tener más resultados”, sostuvo.
El Arzobispo de Acapulco, Guerrero, Carlos Garfias Merlos, reprobó el asesinato del sacerdote Gregorio López Gorostieta y se sumó a las voces que exigen el esclarecimiento del crimen.
“No queremos que hechos como éstos se repitan, no queremos que se sigan dando situaciones que tanto han lastimado y lacerado a cientos de familias a lo largo y ancho del territorio nacional”, señaló en conferencia de prensa.
Luego de manifestar que desconoce los móviles o líneas de investigación, el Obispo exigió a las autoridades “el esclarecimiento de éste y de tantos casos más de víctimas de la violencia que tanto dolor e indignación han provocado”.
Ayer, el Papa Francisco se dijo “profundamente apenado” por el asesinato del Padre Goyito.
Las condolencias del Pontífice fueron enviadas a través de un telegrama firmado en su nombre por el secretario de Estado, Pietro Parolin, y dirigido al Obispo de la Diócesis a la cual pertenecía el cura, en Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda.
En el texto transmitió el “más sentido pésame” del líder católico, tanto al Obispo como a todo el clero de su demarcación eclesiástica, a las comunidades religiosas y a los fieles, y aseguró que el Pontífice reza por el “eterno descanso” de López Gorostieta, “víctima de una injustificable violencia”.
Días antes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) exigió a las autoridades esclarecer el asesinato del cura y castigar a los responsables.
Y el viernes 26, cuando los restos del Padre Goyito –levantado por un comando la madrugada del lunes 22– fueron recibidos por decenas de feligreses católicos en Ciudad Altamirano, el Obispo Maximino Martínez Miranda condenó el crimen y exigió resultados a las autoridades en la estrategia para revertir los efectos de la violencia.
“La única forma de entender la situación (inseguridad y violencia) es porque las autoridades están involucradas con la delincuencia”, expresó el jerarca católico.
El rector del seminario católico de la Diócesis de Altamirano, Othón Carranza Lorenzo, también lamentó el crimen del Padre Goyito y exhortó a las autoridades a asumir su responsabilidad porque hasta ahora las acciones para revertir la violencia en la región de Tierra Caliente “son insuficientes”.
“Desearíamos que el Gobierno estuviera más al tanto de la sociedad, que protegiera a la sociedad porque es su obligación como autoridades”, expresó el presbítero, quien reconoció que hay temor entre los sacerdotes de la región porque de 2009 a la fecha han sido asesinados tres curas, dos seminaristas y un sacristán en distintos puntos de Guerrero.
Dijo que los miembros de la Iglesia, la sociedad y las autoridades deben trabajar en conjunto para que se haga justicia, porque sólo de esta forma, subrayó, se puede alcanzar la paz.
También reprochó la indolencia gubernamental porque el crimen del sacerdote Gregorio Gorostieta López, de 39 años y originario del poblado de Nanchichintla, Estado de México, es un reflejo del nivel de impunidad, inseguridad y violencia que tiene asfixiada a la sociedad guerrerense, apuntó.
“Al Gobierno le hace falta mejor coordinación y asumir su responsabilidad porque hasta ahora las acciones son insuficientes”, precisó el rector del seminario en referencia al operativo federal anunciado en la región de Tierra Caliente, donde el Ejército y la Policía Federal (PF) asumieron el control de la seguridad en los nueve municipios que conforman la zona colindante con los Estados de Michoacán y el Estado de México. (APRO)