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México (27 de agosto).- La crisis que enfrenta el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, debido a la red de corrupción y defraudación fiscal destapada en los recientes días, parece ser la más dura en lo que va de su mandato.
Luego de su mensaje el pasado domingo en el que se negó categóricamente a renunciar a su cargo, le siguieron sendas protestas en su contra exigiendo su renuncia, ahora lo agobia la renuncia de varios miembros de su gabinete.
Este lunes trascendió la renuncia de dos ministros más, con lo que se incrementa a cinco el número de funcionarios de alto nivel dejando al gobierno de Pérez Molina casi desmembrado, pues no debemos olvidar la detención de la ex vicepresidenta de Guatemala Roxana Baldetti.
Los funcionarios que presentaron su dimisión son: el ministro de Finanzas, Dorval Carías, y el de Comunicaciones, Víctor Corado, según confirmaron fuentes de la Presidencia guatemalteca.
Los otros funcionarios de alto nivel que ya habían dimitido durante el fin de semana pasado son los titulares de Educación, Cynthia del Águila; de Economía, Sergio de la Torre; y el comisionado presidencial para la competitividad, Juan Carlos Paiz.
Además, los viceministros de Finanzas, Edwin Martínez, encargado del área presupuestaria; Saúl Figueroa, responsable del área fiscal del ministerio de finanzas; y Ekaterina Parrila, de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia.
Por si fuera poco el domingo renunció Adela Camacho de Torrebiarte, Comisionada para la Reforma Policial y el ministro de Salud de Guatemala, Luis Monterroso. “Los últimos acontecimientos destacados por los señalamientos a la gestión gubernamental resultan incompatibles con mi trayectoria, principios y valores de vida”, dijo Camacho de Torrebiarte luego de anunciar su salida.
Por su parte, Moterroso dijo, a través de las redes sociales, que con “el estado actual de las cosas”, sintió que su deber era “dejar el cargo, escuchando las voces ciudadanas y comprender los nuevos tiempos”. Por si fuera poco, la fiscalía que investiga presentó una grabación en la que, presuntamente, Pérez Molina conversa con el ex titular de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Carlos Muñoz, actualmente detenido.
Desde el viernes 21 de agosto el caso llamó la atención internacional por las acusaciones vertidas por la Fiscalía guatemalteca y la CICIG (instancia independiente que opera bajo mandato de la ONU) luego de una investigación que lleva más de tres meses y que descubrió una red de corrupción basada en el cobro de sobornos para evadir el pago de impuestos aduaneros.
A ello se suma el movimiento social masivo que desde abril pasado celebra marchas multitudinarias exigiendo no sólo la renuncia de Pérez (el domingo surgió el #YoNoTengoPresidente), sino también la cancelación del proceso electoral programado para el 6 de septiembre.
Este lunes, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, hizo un llamado a Guatemala para que se efectúen los comicios, sin embargo, organizaciones civiles y el sector empresarial del país centroamericano exigen que, antes de efectuarse, se deben investigar y castigar a los culpables por los hechos de corrupción. La desbandada de altos funcionarios abre la expectación sobre si continuará esta tendencia por otros nombres, pues la lista de acusaciones por corrupción alcanza además de funcionarios del gobierno de Pérez Molina, a legisladores y políticos de los principales partidos.- (Semanario)