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México (2 de febrero).-
El Congreso brasileño regresa hoy de vacaciones para volcarse a asuntos urgentes heredados de un 2015 que pareció thriller político.
Lo principal: instalar una comisión para revisar el pedido de juicio político contra la Presidenta Dilma Rousseff, después de que el anterior comité fuera frenado por una corte, lo que elevó el suspenso.
?Es un comienzo de año importante, porque entre febrero y marzo se espera que la Cámara resuelva la cuestión del ‘impeachment’, que puede haber perdido fuerza durante el descanso pero que no está decidido. Hay que ver como vuelve el Congreso?, adelantó a REFORMA Cristiano Noronha, de la consultora política Arko Advice en Brasilia.
Los diputados deben así escoger al grupo que analizará si la Presidenta es o no culpable de maniobras ilegales en el manejo de las cuentas públicas, en un proceso encabezado por el controvertido presidente de la Cámara, Eduardo Cunha.
Controversial porque él mismo está siendo investigado por corrupción, y el año pasado se separó de la línea de su partido, el centrista y parte de la coalición gobernante PMDB, al declararse opositor a Rousseff.
Debe revisarse el procedimiento que parlamentarios de izquierda abrieron contra Cunha en el Consejo de Ética de la Cámara baja por negar que tenía cuentas bancarias en el exterior, hecho confirmado más tarde. Es un proceso que puede alejarlo de su cargo y que enfrenta a la par de una acusación de que hizo uso indebido de su cargo impulsada por el Fiscal de Rousseff ante el Supremo Tribunal Federal.
Por su parte, con la popularidad por el suelo ?65 por ciento de los brasileños reprueban a su Gobierno, según la última encuesta de Datafolha? y fracturas en su propia base aliada, la Mandataria trata de tender puentes con la Oposición y restablecer el diálogo con su bloque.
Se ha enfocado en la recuperación de la economía, pero es una tarea poco fácil, a dos años de que fue reelegida, cuando sus detractores la culpan a ella por la recesión y dentro de sus propias filas surgen críticas.
“Este es un momento crucial y hay que volcarse a la resolución de los problemas. El asunto del juicio debe ser rápidamente decidido.
“El año pasado estuvo muy marcado por la política; este año debemos concentrarnos en la economía”, declaró a este diario el diputado Leonardo Picciani quien, como líder de la bancada del PMDB en la Cámara, será clave en los intentos de Rousseff de acercarse a los legisladores.
Todo esto, mientras las cartas siguen siendo barajeadas en las investigaciones por corrupción en Petrobras, la cual tiene a la clase política brasileña contra las cuerdas.
El escándalo de sobornos a cambio de contratos y de millonarios desvíos de la paraestatal ha golpeado, sobre todo, al oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados.
Incluso el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, aunque no está acusado formalmente, ha sido mencionado repetidamente por el caso, y su imagen está golpeada.
Está por verse también qué tanto las calles seguirán respaldando a la Oposición en el intento de juicio político.
Ya se convocó una primera protesta a favor del proceso contra Rousseff para el 13 de marzo.
“Yo no sé si eso es lo mejor para Brasil, pero seguiré protestando contra Dilma porque estoy cansada de todo esto, de que los políticos no sean honestos y reine la impunidad?, recalcó la brasileña Rossana Cavalotti, de 44 años.