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México (15 de febrero).-
Los policías que participan en el operativo por la visita del Papa Francisco viven un calvario.
Y es que les ordenaron doblar su jornada laboral: de 12 horas de trabajo por 24 de descanso, pasaron a 24 de trabajo por 24 de descanso.
Por esta razón, duermen donde pueden: en la calle, dentro de cajeros automáticos, en los pasillos de estaciones del Metro, en los camiones en los que son transportados y algunos hasta han rentado cuartos de hotel para compartir.
Agentes entrevistados en las vallas de seguridad instaladas en la ruta del Sumo Pontífice afirmaron que desde el 12 de febrero comenzaron los cambios.
“Antes de que llegara el Papa nos avisaron de que quedaban suspendidas las vacaciones y permisos porque se necesitaba gente para el operativo”, comentó un policía en las vallas de Paseo de la Reforma.
La Secretaría de Seguridad Pública capitalina confirmó que el horario se amplió por tratarse de una eventualidad.
Además, ayer, durante un recorrido por Reforma, un mando de Inspección Policial prohibió a agentes desayunar a pesar de que faltaba más de una hora para el arribo del Papa a Campo Marte.
“Dile que no se haga tontita. ¡¿Por qué chingados está comiendo?! Ándale, ve y dile a la compañera que guarde su tamalito”, ordenó el comandante a su subalterno al ver a una agente que comía.
Testimonios de policías dan cuenta de la forma como han enfrentado estas arduas jornadas.
Eugenio, quien hizo valla este domingo en la ruta de la Nunciatura hacia el Campo Marte, aseguró que está acuartelado desde el jueves por la noche.
“Dormimos unas horas, donde se puede, y luego temprano tenemos que estar listos para los recorridos”, señaló.
Los más afortunados cuentan con los vehículos en que fueron trasladados.
“Hay que dormir donde caiga, sobre todo a los que andan a pie”, apuntó un granadero.
Óscar, un oficial asignado a la Delegación Cuauhtémoc, relató que cooperaron de 100 a 150 pesos para dormir en un hotel.
“Nos organizamos para pagar el hotel, se oye feo, pero es la verdad porque cuando el mando nos deja ir a dormir unas horas en lugar de quedarnos en la calle rentamos un cuarto.
“Eso es mejor que quedarse a la intemperie, y tengo que decir que los mandos no lo ven bien, pero ellos no pasan lo que nosotros; bueno, en la calle hasta se te suben las cucarachas”, dijo.
“Ya me duelen los pies, pero parece que ya nos van a dejar francos”, dijo Luis, quien estuvo en el cerco del Hospital Pediátrico.
Tras revelarse imágenes de policías dormidos en dentro de un cajero automático, la SSP descartó que se investigue a algún mando por permitirlo.
La corporación justificó que los policías tenían que laborar horas extras porque era necesario el operativo.
Priorizan brigadistas atención de ancianos
Atender a los adultos mayores que se desplazan a las calles para tratar de ver unos segundos al Papa Francisco, es la prioridad que tienen los brigadistas de la Secretaría de Desarrollo Social.
Distinguidos entre la multitud por vestir chalecos rosa mexicano, hombres y mujeres se abren paso entre los ríos de gente para apoyar, principalmente, a quienes acuden en sillas de rueda o tienen dificultades para caminar.
“No hemos parado (…) el sábado llegamos de madrugada al Zócalo a repartir cobijas y estuvimos hasta que se empezó a desocupar.
“Hoy (ayer) nos mandaron a distintos puntos (…) en la Nunciatura es permanente la presencia, y luego nos mandan para donde vaya pasando el Papa. Hay que brindar atención a todos, pero más a los adultos mayores que se cansan, se asolean; hay que darles agua, ver que estén cómodos y tranquilos”, comentó Cecilia.
A su regreso de Ecatepec, el Sumo Pontífice recorrió hacia las 17:00 horas Paseo de la Reforma, donde rodeó la Glorieta del Ángel de la Independencia en su paso hacia el Hospital Pediátrico.
Desde horas antes, los trabajadores de la dependencia, algunos con mochilas en hombros, se ubicaron en sus posiciones observando el paso constante de creyentes y curiosos, ubicando a quiénes podrían requerir apoyo.
Al término del breve recorrido, dieron botellas y latas con agua de limón a los presentes, las cuales transportaban desde los puestos de auxilio.
Con información de Dalila Sarabia